En Totoras, tres zorritos bebés fueron recuperados luego de que aparecieran siendo ofrecidos para la venta en redes sociales. Los animales habían sido encontrados en un campo y separados de su madre cuando aún dependían por completo de ella. Aunque la Policía y los organismos oficiales intervinieron para rescatarlos y brindarles atención especializada, dos de las crías murieron en los días posteriores debido al daño provocado al sacarlos de su entorno natural.

El caso activó un operativo de la Policía de Santa Fe por infracción a la Ley Nacional 22.421 de Conservación de Fauna Silvestre. Con la autorización del fiscal de turno, agentes de la Comisaría 3ra se dirigieron a una vivienda de calle Fray Luis Beltrán al 1600, donde recuperaron dos de los ejemplares. El tercero ya había sido entregado previamente al Área de Salud Animal de la Municipalidad. Las tres crías fueron puestas a disposición de veterinarios y del personal de la Dirección Provincial de Fauna.

A pesar del trabajo de profesionales y del traslado a centros especializados, las probabilidades de supervivencia eran muy bajas: Los zorritos estaban en una etapa en la que la ausencia de su madre, la alimentación inadecuada y el estrés del traslado afectan de manera crítica. Dos de ellos murieron en las últimas horas y solo uno permanece estable bajo cuidados en la sede de recepción de fauna del Ministerio de Ambiente en Rosario.

El episodio vuelve a exponer un problema que se repite: La extracción, manipulación y comercialización ilegal de fauna silvestre. Además de estar prohibido por ley, retirar animales de su ambiente casi siempre provoca daños irreversibles. La intervención de organismos oficiales no puede revertir las consecuencias iniciales de un manejo inadecuado.

Desde el Área de Salud Animal de Totoras recordaron que los animales silvestres no son mascotas y que cualquier hallazgo debe reportarse inmediatamente a los organismos competentes. Policía, Municipalidad y Dirección de Fauna trabajan de manera conjunta en este tipo de casos, pero su acción solo es efectiva cuando la comunidad evita manipular a los animales y da aviso a tiempo.

El caso de los zorritos deja una advertencia clara: Incluso con buena intención, sacar fauna del hábitat casi siempre termina mal. La mejor ayuda es no intervenir, no trasladar y llamar a las autoridades para que actúen con el protocolo adecuado.