El fin de semana se produjo una feroz balacera en una vivienda de Quebradas de Andino en la que un hombre fue ultimado con siete disparos en su cuerpo y otras cinco personas resultaron heridas de bala. Los gritos, las sirenas y el espanto del hecho conmocionaron al pueblo de Iriondo y la región en medio de una disputa narco. La seguridad se puso en foco y en ese sentido el jefe comunal, Leonardo Tempesta, determinó: “El hecho que era inevitable, es una batalla de la cual nosotros somos testigos nada más, que sin duda puede ser muy peligroso porque las balas no identifican para qué lado van, es conmocionante”.

No obstante, también hubo algunos detalles de la noche del sábado que replantearon el funcionamiento institucional, sobre todo de la comisaría local. En consecuencia, este martes hubo una reunión con la cúpula de la Unidad Regional X en la que el presidente comunal les acercó las preocupaciones y pedidos de mejoras. Mientras, en paralelo, desde la vecinal de Quebradas de Andino también pidieron un encuentro. 

En un repaso de lo vivido en los últimos días, Tempesta explicó en IRE: “La reunión en Cañada fue buena. Fui bien recibido y avanzamos en varios aspectos porque, más allá del hecho que era inevitable, es una batalla de la cual nosotros somos testigos nada más, que sin duda puede ser muy peligroso porque las balas no identifican para qué lado van, es conmocionante”.

Al tiempo que remarcó: “No es un hecho de inseguridad. Esto es un ajuste de cuentas, un acto mafioso. Ninguno de los que estaban, ni el dueño de la casa, ni el que la alquiló, ni las 50 personas que estuvieron ahí, ninguno es de Andino, son todos de Rosario. Lo que te demuestra que cuando quieren hacer algo, lo hacen. Ayer mataron a un taxista en Rosario, balearon los colectivos que llevaban al personal penitenciario, osea si ellos tienen un objetivo y se mueve, lo van a ir a buscar y lo van a ejecutar. No hay nada que lo impida. Eso es real”.

“Esto es un ajuste de cuentas, un acto mafioso. Ninguno de los que estaban, ni el dueño de la casa, ni el que la alquiló, ni las 50 personas que estuvieron ahí, ninguno es de Andino, son todos de Rosario”.

Pero, asimismo, hay puntos claves en el recorrido de los hechos que visibilizan una necesidad de mejorar el funcionamiento con la comisaría local y articular los recursos existentes: “Lo que no podemos dejar pasar, en este caso particular, es que la fiesta se empieza a desarrollar desde la tardecita. A las 7 de la tarde entró un llamado a la guardia urbana. El personal comunal, sabiendo de que era una fiesta, más o menos por lo que comentaban los vecinos, llamó a la comisaría para pedir colaboración. Y en la comisaría no lo atienden. Llaman una vez, dos, tres veces y no lo atienden”.

Entonces, “el guardia urbana se va en la motito hasta allá, en un día de lluvia con caminos destrozados. Llega al lugar, aplaude, lo recibe una persona que dice ser el que alquiló la casa. Le explica que hay reclamos y tienen que bajar la música porque está muy alta. Le dicen que van a festejar un cumpleaños, que alquilaron la casa para una fiesta. Le dejó un acta de contratación donde decía que si persisten con el ruido molesto, iba a ir la policía”. Pero duró poco: “Bajaron la música, el guardia urbana se va. Debe haber llegado a 300 metros y volvieron a poner la música. Los vecinos siguieron llamando a la policía y no tenían respuesta. Entonces, qué pasa con el teléfono”.

Fueron parte de los reclamos que acercaron a las autoridades de la Unidad Regional a la espera de mejorar el funcionamiento local, que se arbitren los medios y se tomen medidas. En ese sentido, el mandatario indicó: “Nos dieron las indicaciones de llamar al 911 y no al teléfono de la comisaría. Después hay dos camionetas rotas, por lo menos dijeron que van a reparar una, el personal es otro tema. Hay 700, 800 agentes recibidos pero que todavía no fueron asignados a alguna comisaría y que podría asignarse uno más en Andino”.

En consecuencia “hay promesas de mejoras del servicio de seguridad en el pueblo, con la movilidad, con algunas actitudes, van a hablar con el comisario. Plantee desde mi lugar objetivamente cuáles son las falencias” argumentó Tempesta quien se encargó de dejar en claro: “No fui a pedir cabeza de nadie, no soy quién, soy un simple presidente comunal, me toca administrar fondos públicos de la manera más responsable posible y no avanzar sobre otros poderes que no me competen”.