Hace aproximadamente un mes, Eddy Zamarini viajó a España para cumplir un sueño: competir en el Mundial de Taekwondo. El joven de Maciel fue parte de la delegación argentina junto a sus compañeros Emilia Calvo y Miguel Stangaferro, con quienes compartió una experiencia inolvidable que lo marcó para siempre.
Un Mundial con distintas disciplinas
El certamen reunió a competidores de todo el mundo en diferentes categorías: formas, altura de potencia y habilidad, y combate. Eddy clasificó en combate hasta 65 kilos, mientras que sus compañeros alcanzaron la gloria: Emilia se consagró campeona mundial en combate hasta 40 kilos prejuvenil y Miguel fue campeón en formas adultos primer dan. “El torneo se desarrolló desde el miércoles con el pesaje, el jueves compitió Emilia, el viernes Miguel y yo, el sábado las finales juveniles y los cruces de adultos, y el domingo las finales de adultos”, relató Eddy.
La lucha fuera del tatami
Llegar a España no fue sencillo. Para poder viajar, organizaron actividades y buscaron apoyo económico: “Conseguimos sponsors, hicimos dos arroces con pollo, uno en Monje y otro en Maciel. También, obvio, una parte salió de nuestro bolsillo, pero la gente y los sponsors nos ayudaron un montón”.
El camino a la clasificación
La posibilidad de estar en un Mundial se empezó a gestar mucho antes. “El proceso comienza cuando uno lo empieza a practicar. Yo empecé a los cinco años y nunca paré. Los torneos clasificatorios fueron en Rosario, Mar del Plata y Lomas de Zamora”, explicó. Su constancia le permitió sumar los puntos necesarios para obtener el pasaje a España.
Una experiencia única
El debut en un certamen mundialista estuvo cargado de emociones: “Tenía muchos nervios y ansias. Era un sueño que estaba por cumplir. Sentía felicidad de estar rodeado de los mejores, con mis compañeros y con mi papá. Fue algo hermoso, no sé si hay forma de explicarlo”.
Reflexiones y aprendizaje
Aunque los resultados no fueron los esperados, la experiencia fue transformadora: “Al terminar pensé en muchas cosas. Reflexioné mucho de lo que había vivido. Llegué a estar con los mejores en el deporte que amo. Soy uno de los mejores del mundo en lo que hago, y eso es una locura. Tenía expectativas altas, en parte se cumplieron y en parte no, pero me llevo un aprendizaje enorme”.