El entrenador Juan Tomasetti todavía habla con la voz entrecortada. La emoción lo desborda al recordar lo que vivieron en el Mundial, donde Emilia Calvo, Eddy Zamarini y Miguel Stangaferro dejaron en lo más alto a la región. “Fue tremendo, fue el sacrificio de todos. Porque estos chicos entrenan, estudian, trabajan… y encima nos regalan esta alegría“, contó en una charla exclusiva con IRÉ.
El viaje no fue fácil. “A cada uno le costó 3.800 dólares. Imaginate lo que significa eso para una familia de acá. Hubo que vender rifas, pastelitos, golosinas… hasta arroz con pollo. Mucha gente colaboró de corazón, sin querer salir en redes. Eso es lo más lindo: Que creyeron en nuestro sueño”, contó.
Lo que más lo moviliza no son solo las medallas, sino el mensaje. “Siempre se castiga a los jóvenes, pero yo creo que son el futuro. Hay que acompañarlos, guiarlos. El deporte es contención, es estudio, es disciplina. Si no les damos herramientas, los perdemos. Y ahí es donde los políticos tienen que estar”, reclamó.
Con una metáfora resume su filosofía: “Un árbol torcido, de grande ya no lo enderezás. Pero si lo acompañás de chico, va a crecer derecho. Estos pibes son así: Trabajan, entrenan, estudian, sueñan. No hay desperdicio”.
Juan sabe que lo que lograron Emilia, Eddy y Miguel es apenas el comienzo. “Esto es una invitación a soñar. Demuestra que desde un pueblo, con sacrificio, se puede llegar al mundo. A mí me emociona porque nos regalaron algo invaluable: La certeza de que todo esfuerzo vale la pena”, concluyó.