¿Cuántas posibilidades existían? ¿Cuántas chances tenía un pibe de Villa Fiorito en dominar el mundo con su pie izquierdo? ¿Cuántos sueños se proyectaron en esa casa de un barrio que fue conocido por una persona? Hoy Diego no cumpliría 65 años, hoy los cumple. Porque él está, porque no se va quien muere, sino quien se olvida.

Nacido un 30 de octubre de 1960, Diego Armando Maradona, hijo de don Diego y doña Tota, hizo llorar a un país entero. Ese 10 bajito de 1,65 m, pero tan habilidoso como nadie, fue la alegría de muchos. Gente que se encontraba sola se refugiaba en un botín que trataba a la pelota como terciopelo. Esos, que no tenían para comer mediodía o noche, eran un poquito más felices por verlo a él.

Algunos hablan de Dios, otros de extraterrestre, lo cierto es que fue el más humano de todos. Ese jugador que tenía un sueño y no solo lo cumplió, sino que cumplió el de millones de personas que aman el fútbol como lo hacía él. Y allá, en la cima del universo, en un Estadio Azteca rendido ante los pies del ídolo de una nación, Argentina gritó: “Maradona, Maradona”.

Basta con ver a personas que no lo vieron jugar para comprender la magnitud de lo que fue. Porque esa camada del 2000 no tuvo la posibilidad de estar en una cancha junto a él, pero el sentimiento de corazón es mucho más fuerte que la memoria. Uno lo conoce y lo siente cercano, a pesar de nunca haberlo visto en persona. Porque eso es él, cercanía. Diego Maradona es esa persona que ves y se te ilumina la cara, o se te cae una lágrima.

Hoy, 30 de octubre de 2025, cumplís años Diego, y todo un país está sentado en tu mesa celebrándote. Gracias por hacernos felices. Gracias por darle un rayito de tu luz a personas que estaban en la oscuridad. Gracias por ser Maradona, pero sobre todo por ser vos. Te queremos así, siendo “el Diego”.

Feliz cumpleaños maestro. Nunca te vamos a olvidar.