El 7 de diciembre de 2001, la región se vio convulsionada luego de que un grupo de seis delincuentes armados llegó hasta la entidad bancaria situada en Oliveros, tomó a rehenes para ingresar al edificio, redujeron al personal y clientes, efectuaron disparos intimidatorios y en unos 80 segundos terminaron el atraco. La policía realizó un operativo en la zona y logró capturar a cuatro.

El hecho ocurrió siendo aproximadamente las 8 horas, según habían indicado, un desfasaje en el horario de apertura del tesoro impidió que se lleven una suma mayor, que terminó siendo de 11.400 pesos.

El hallazgo de un pasamontaña a pocos kilómetros de Oliveros a la vera de la ruta 11 alentó la búsqueda en zonas aledañas al río. Posteriormente hallaron el vehículo en un rastrillaje efectuado en cercanías de Villa La Ribera.

Horas más tardes, efectivos policiales montaron un operativo en una casa de fin de semana de Puerto Gaboto y lograron capturar a tres de los delincuentes que habían llegado en un Peugeot 505 a la sucursal del banco Bisel.

En la redada aprehendieron a Hugo Sebastián Salazar, de 24 años, Miguel Alberto Álvarez, de 19 años, y Sergio Darío Camos, de 29 años, todos con domicilio en Rosario. Este último había participado de un robo cometido meses atrás en un banco de Fuentes. Allí, también se secuestró elementos probatorios como capuchas y prendas de vestir que fueron utilizadas en el robo.

La intensa búsqueda del resto de los integrantes de la banda continuó haciéndose eco en la región y al día siguiente, en Maciel, lograron dar con un cuarto delincuente de 30 años, aunque su identidad no trascendió, se dio a conocer que también estaba domiciliado en Rosario.

La acción policial, había demandado la participación de efectivos de Cañada de Gómez, Rosario, Oliveros, Puerto Gaboto y de la Prefectura Naval, complementó un operativo cerrojo con otras comisarías. Al obtener resultado negativo, la policía incentivó la búsqueda en zonas cercanas para dar con los dos integrantes que seguían prófugos.

La no localización de las armas utilizadas para cometer el delito, así como tampoco el hallazgo del dinero que se llevaron del banco hizo suponer a los investigadores que las dos personas que permanecían prófugas “serían los cabecillas del asalto contra el local”.

Los integrantes del grupo delictivo alquilaron semanas previas al asalto una casa en Puerto Gaboto. Desde ese lugar habrían realizado un minucioso estudio del terreno. Previamente, se manejaron con una lancha que también fue secuestrada por la policía.

Los aprehendidos fueron remitidos en calidad de incomunicados a la Unidad Regional X con asiento en Cañada de Gómez, y días después declararon en el juzgado de instrucción y correccional de San Lorenzo. Una de las pruebas que analizó el juez, fue la filmación registrada en la sucursal bancaria. 

Fuente: La Capital y La Nación