En la provincia existen 47 localidades donde el agua presenta altos niveles de arsénico y no es apta para el consumo humano directo. El presidente del Enress, Hugo Marcucci, explicó en IRÉ cómo se controla la calidad del agua, qué significa cada nivel de clasificación y dónde consultar los resultados para saber si el agua que llega al hogar es segura.

En diálogo con IRÉ, Hugo Marcucci, presidente del Ente Regulador de Servicios Sanitarios (Enress), advirtió que “en Santa Fe hay 47 puntos donde el agua tiene alto nivel de arsénico y no puede consumirse directamente”. En esos casos, los prestadores están obligados a entregar agua segura en bidones o proveer plantas de ósmosis inversa para que los vecinos puedan abastecerse.

“Hay una situación natural que tiene que ver con la morfología del suelo santafesino. En determinadas zonas, sobre todo del centro y oeste provincial, las napas subterráneas arrastran arsénico, un elemento químico que puede ser perjudicial para la salud si se consume en exceso y durante muchos años”, explicó el funcionario.

Controles permanentes y doble garantía

Marcucci señaló que el Enress aplica un esquema de doble control sobre los servicios de agua. “Por un lado, exigimos que cada prestador haga análisis de autoevaluación que se remiten al ente. Pero además, nosotros realizamos controles propios, tomamos muestras y comparamos resultados. Si detectamos desvíos del parámetro máximo permitido, intervenimos de inmediato”, precisó.

El organismo utiliza una escala de calidad del 1 al 6, donde el nivel 1 corresponde al agua más segura y el nivel 6 a aquella con presencia de arsénico por encima de los límites recomendados. “El parámetro establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es de 0,01 miligramos de arsénico por litro. Cuando se supera ese valor, el agua deja de ser apta para el consumo humano y debe tratarse o reemplazarse”, detalló Marcucci.

Efectos a largo plazo y cómo prevenir riesgos

El titular del Enress aclaró que el consumo de agua con exceso de arsénico no genera efectos inmediatos, pero sí puede tener consecuencias acumulativas. “El problema aparece después de 10, 15 o 20 años de exposición continua. Por eso, la prevención se basa en el tratamiento correcto y en controles periódicos”, afirmó.

Además, subrayó que los usuarios no deben realizar tratamientos caseros ni preocuparse por variaciones de color o sabor. “A veces puede haber cambios organolépticos por tareas de mantenimiento, pero el agua tratada que cumple con los parámetros establecidos es totalmente segura para beber, cocinar o higienizarse”, remarcó.

Dónde consultar la calidad del agua

Marcucci anunció que, por instrucción del gobernador Maximiliano Pullaro y del ministro Lisandro Enrico, el Enress comenzó a publicar en su página web los niveles de calidad de cada localidad y los informes periódicos de los análisis realizados. “Queremos que haya transparencia y que los vecinos puedan verificar por sí mismos el estado del agua que consumen”, sostuvo.

“Cuando detectamos una situación riesgosa, hacemos sonar las alarmas para que se corrija. Y si no se corrige por las buenas, lo hacemos por las malas, porque está en juego la salud de la gente”, concluyó el presidente del Enress.

El mapa de la calidad del agua por localidad