Rocío es una vecina de Timbúes que atravesó un terrible momento al bajar del colectivo hace unos días atrás. La unidad avanzó, le apretó la mano y su nene de 3 años quedó llorando adentro. En medio del susto, luego de la intervención de otros pasajeros, logró que frenara. Después de abrazar al pequeño se descompensó. Indignada cuestionó que llamó a la empresa pero no pudo dejar su queja. 

En diálogo con IRE, la vecina de Timbúes sintetizó: “Desgraciadamente pase por un día horrible y uno de los peores de mi vida”. Todo ocurrió cuando regresaba de San Lorenzo con su hijo de 3 años a finales de octubre. 

Se bajo, cómo habitualmente lo hace para regresar a su casa, en la segunda parada de Timbúes y para su sorpresa el chofer no esperó a que terminara de bajar: “El colectivo arrancó y me apretó la mano y a la vez mi nene estaba adentro llorando desconsoladamente. La gente empezó a insultar hasta que el chofer frenó”. 

Pero el terrible episodio no concluyó ahí, explicó la joven:  “Cuando logré bajarlo lo abracé y a mi me agarro un ataque de epilepsia”. Fue un dramático momento que quedó registrado en las cámaras de seguridad.

Cuando logró tranquilizarse intentó hacer el reclamo para alertar de lo sucedido a la empresa pero según indicó hasta el momento no obtuvo ninguna respuesta: “Me canse de llamarlos y mandarles mensajs a los de Tata Rápido pero solo me toman el pelo”. 

Al concluir destacó que el mal momento vivido todavía tiene sus consecuencias en ellos: “Gracias a esto mi nene le tiene terror a los colectivos y yo también le agarre mucho miedo. La mano todavía me duele pero no más de lo que sufrió mi hijo, que ahora no le puedo soltar ni un segundo la mano”, cerró.