La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel, de origen autoinmune y no contagiosa, que impacta en la vida de millones de personas a nivel global. Proclamado en 2004 por la IFPA, el Día Mundial de la Psoriasis busca generar conciencia sobre esta afección, desmitificar ideas erróneas y fomentar la empatía hacia quienes conviven con ella. Además, pone en foco las consecuencias clínicas y psicológicas que acarrea, así como la necesidad de compartir experiencias que ayuden al acompañamiento y contención de los pacientes.
Esta patología se caracteriza por la aceleración del recambio dérmico: mientras una piel sana tarda alrededor de 28 días en renovarse, la de una persona con psoriasis lo hace en apenas tres o cuatro. Esto genera la aparición de placas rojas cubiertas de escamas blancas secas, que suelen localizarse en codos, rodillas, cuero cabelludo, manos o pies. Aunque sus causas exactas aún se desconocen, se sabe que factores como el estrés, el tabaquismo, el consumo de alcohol, algunos medicamentos o infecciones pueden agravar o detonar los brotes.
En la Argentina, según datos de la Asociación Civil para el Enfermo de Psoriasis (AEPSO), al menos 800 mil personas viven con esta enfermedad. El diagnóstico se realiza a través de la observación clínica y, en algunos casos, mediante estudios complementarios como radiografías o tomografías. De acuerdo con la Journal of the American Academy of Dermatology (JAAD), cerca del 80% de los pacientes presentan cuadros leves o moderados, mientras que un 30% sufre síntomas más severos que pueden afectar significativamente su calidad de vida.
El tratamiento de la psoriasis varía según la extensión y gravedad de la enfermedad. Entre las opciones más comunes se incluyen terapias tópicas, fototerapia, medicación sistémica o tratamientos biológicos. Además del control médico, se busca prevenir complicaciones como la artritis psoriásica, una condición inflamatoria que puede provocar dolor y limitación en las articulaciones. El abordaje integral contempla tres pilares fundamentales: atención médica adecuada, acompañamiento psicológico y acceso a información veraz.
Desde AEPSO destacan la importancia de esta fecha para visibilizar no solo la enfermedad, sino también el impacto social y emocional que genera. Muchas personas con psoriasis sufren discriminación debido al desconocimiento y al mito de que la afección es contagiosa. Por ello, el Día Mundial de la Psoriasis representa una oportunidad para reafirmar los derechos de quienes la padecen y promover políticas públicas que garanticen atención médica, inclusión y acompañamiento permanente.

