Cada 1° de diciembre, el Día Mundial de la Lucha contra el Sida vuelve a poner en agenda la importancia de la prevención, el diagnóstico temprano y la atención integral del VIH. La fecha, instaurada para promover información accesible y actualizada, permite reforzar campañas que fomenten el cuidado, el acompañamiento y la responsabilidad colectiva frente a una problemática que continúa afectando a millones de personas en todo el mundo.

La conmemoración fue establecida en 1988 por la Organización Mundial de la Salud y más tarde respaldada por la ONU. Su creación respondió a la urgencia de visibilizar una epidemia que, en aquel momento, avanzaba con rapidez en un escenario marcado por la desinformación y la falta de políticas públicas. Desde entonces, la jornada también funciona como un espacio de memoria para quienes fallecieron, no accedieron a un tratamiento adecuado o fueron víctimas de estigmas y exclusiones.

A pesar de los avances científicos y sanitarios, el VIH sigue representando un desafío global. Se calcula que más de 40 millones de personas viven actualmente con el virus y que más de 44 millones perdieron la vida desde el inicio de la epidemia. Solo en 2024, 1,3 millones de personas adquirieron el virus y 630.000 murieron por causas asociadas. Sin embargo, también se registraron progresos significativos: el 87% de quienes viven con VIH conocían su diagnóstico y el 73% lograron suprimir su carga viral gracias a la terapia antirretroviral.

En este contexto, la prevención combinada se reafirma como la estrategia más efectiva. Incluye el uso constante de preservativos, testeos regulares, tratamientos que permiten alcanzar niveles indetectables del virus —lo que impide su transmisión— y herramientas como la Profilaxis Preexposición (PrEP). La clave, aseguran organismos internacionales, es ampliar el acceso a estos recursos, derribar barreras estructurales y fortalecer el trabajo conjunto entre gobiernos, organizaciones civiles y comunidades.

Cada año, diversos organismos internacionales proponen lemas o líneas de acción que destacan aspectos específicos relacionados con el Día de la Lucha contra el Sida. Para 2025, el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida presenta el tema “Superar las disrupciones, transformar la respuesta al Sida”. Este enfoque pone de manifiesto fallas en el funcionamiento de los sistemas de atención y la limitada eficacia de las estrategias de prevención: “Los servicios comunitarios, fundamentales para llegar a poblaciones vulnerables, están siendo desplazados, mientras que el incremento de leyes punitivas que criminalizan las relaciones entre personas del mismo sexo, la identidad de género o el consumo de drogas profundiza la crisis, dificultando el acceso a los servicios de VIH.”

Por otro lado, la Organización Panamericana de la Salud (PAHO) adoptó el lema “Poner fin al Sida para 2030 es posible”, alineado con los objetivos globales promovidos por las Naciones Unidas, tales como:

Además, PAHO recalca la relevancia de dar visibilidad a las experiencias personales vinculadas al diagnóstico, con el fin de fomentar la sensibilización frente a esta realidad a nivel mundial.