El Día Mundial de la Informática destaca una de las herramientas más influyentes del último siglo: la capacidad de almacenar, procesar y transmitir información en formato digital. Esta disciplina, nacida en pleno auge tecnológico del siglo XX, impulsó un cambio radical en la forma en que las personas se comunican, acceden al conocimiento y se vinculan a nivel global. Su impacto atraviesa industrias, gobiernos y la vida cotidiana, convirtiéndose en un eje fundamental del mundo contemporáneo.

El término “informática”, creado en 1959 por el ingeniero alemán Karl Steinbuch, surge de la combinación de information y automatic, describiendo con precisión el objetivo central de esta ciencia: automatizar el manejo de datos. Su estudio integra procesos, técnicas y herramientas destinados a gestionar información de manera eficiente, y su desarrollo ha permitido el avance de áreas como la ingeniería, la medicina, la arquitectura y la administración, entre muchas otras.

La elección del 9 de diciembre como fecha conmemorativa responde al nacimiento de Grace Hopper, una figura clave en la historia de la computación. Esta científica y militar estadounidense fue la primera mujer programadora y participó en la creación de aplicaciones para el Harvard Mark I, el primer ordenador electromecánico del mundo. Su visión innovadora la llevó a desarrollar el primer compilador de la historia y a impulsar lenguajes como FLOW-MATIC y COBOL, fundamentales para la programación moderna. Además, popularizó el término bug para referirse a errores de software.

El reconocimiento de Hopper, quien recibió la Medalla de la Libertad en 2016, refleja la importancia de quienes impulsaron los cimientos de la informática. Gracias a estos aportes, la disciplina evolucionó hasta convertirse en un motor esencial del desarrollo humano. Hoy, el Día Mundial de la Informática invita a reflexionar sobre este legado, valorar los avances alcanzados y entender el rol central que la tecnología desempeña en la construcción del futuro.