Desde 2007, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió que el 2 de octubre sería el Día Internacional de la No Violencia, para rendir homenaje a Mahatma Gandhi, el líder indio que luchó por la independencia de su país a través de principios de paz y no violencia. Esta fecha fue elegida no solo por marcar su nacimiento en 1869, sino también para reflexionar sobre la relevancia de su filosofía en un mundo donde la violencia sigue siendo una de las principales causas de conflicto. Según António Guterres, Secretario General de la ONU, “Gandhi demostró que la no violencia puede cambiar la historia”, invitando a que su legado inspire la búsqueda de la paz y los derechos humanos a nivel global.

La no violencia, tal como la definió Gandhi, es un principio que rechaza el uso de la violencia física para lograr cualquier tipo de cambio, ya sea social, político o económico. A través de acciones como la desobediencia civil y el boicot, Gandhi movilizó a millones de personas en la India sin recurrir a la violencia. El concepto de la acción no violenta es, según el profesor Gene Sharp, una técnica para enfrentar injusticias sin caer en la pasividad ni en la sumisión, sino buscando la efectividad en la lucha mediante el poder del pueblo, al retirar su consentimiento y cooperación del gobierno opresor.

El principio de la no violencia también se fundamenta en la idea de que el poder de cualquier gobierno depende del consentimiento de la población. De esta forma, la resistencia pacífica tiene la capacidad de disminuir el poder de los gobernantes, al no colaborar con ellos y hacer que sus estructuras de poder se tambaleen. Esta filosofía de resistencia activa sin violencia ha sido adoptada y replicada en movimientos alrededor del mundo, desde los derechos civiles en Estados Unidos hasta las protestas contra dictaduras en diversas partes de África y América Latina.

Gandhi no solo fue un líder político y social, sino también un pensador profundo que llegó a la conclusión de que la no violencia no es solo una técnica de resistencia, sino una forma de vida que promueve la dignidad humana. Para él, la no violencia era “la mayor fuerza a disposición de la humanidad”, capaz de derrotar incluso a las armas más poderosas creadas por el hombre. Su lucha por la independencia de la India y su empeño en transformar la sociedad india a través de la paz son un recordatorio de que el cambio verdadero no depende de la destrucción, sino de la construcción de puentes entre las personas.

El 30 de enero de 1948, el mundo perdió a uno de sus más grandes defensores de la paz cuando Gandhi fue asesinado por Nathuram Godse, un radical hinduista. Sin embargo, su legado sigue vivo y sigue inspirando a generaciones enteras a luchar por un mundo más justo y sin violencia. Cada 2 de octubre, al conmemorar el Día Internacional de la No Violencia, se recuerda que la lucha por la paz y la justicia continúa, y que la mejor forma de actuar ante la adversidad es con coraje, convicción y sin recurrir a la violencia.