Argentina se encuentra nuevamente en el foco de la Organización Mundial de la Salud (OMS) por sus elevados índices de consumo de tabaco y el crecimiento sostenido del “vapeo” entre los más jóvenes. Según el último informe global del organismo, el 23,5% de la población argentina fuma, lo que la ubica entre los países latinoamericanos con mayor prevalencia, solo superada por Chile (26,7%). A pesar de haber logrado una reducción en comparación con décadas anteriores, las cifras siguen siendo alarmantes.
El estudio de la OMS señala que la principal amenaza actual no proviene del cigarrillo tradicional, sino del avance del cigarrillo electrónico. Se estima que unos quince millones de adolescentes de entre 13 y 15 años ya utilizan estos dispositivos en todo el mundo, lo que preocupa especialmente por su capacidad para generar adicción a edades tempranas. Etienne Krug, director del Departamento de Enfermedades No Transmisibles de la OMS, advirtió que el vapeo está “alimentando una nueva ola de adicción a la nicotina”.
La industria tabacalera, lejos de disminuir su influencia, encontró en el vapeo una nueva estrategia comercial. Según la OMS, estos productos suelen presentarse como alternativas “más seguras”, aunque en realidad exponen a los jóvenes a sustancias nocivas y ponen en riesgo los avances logrados en materia de salud pública. Actualmente, se calcula que existen unos 86 millones de usuarios de cigarrillos electrónicos a nivel mundial, concentrados en países de mayores ingresos.
En el caso de Argentina, el organismo internacional instó a las autoridades a implementar medidas más firmes para frenar la promoción de estos productos, especialmente en redes sociales, donde las campañas dirigidas a adolescentes son cada vez más frecuentes. La OMS considera esencial aplicar políticas públicas que desincentiven el consumo y fortalezcan la prevención desde edades escolares.
A nivel global, el consumo de tabaco descendió significativamente: del 33,1% de la población en el año 2000 al 19,5% en la actualidad. Sin embargo, el ritmo del descenso es desigual. Europa encabeza hoy las cifras con un 24,1% de fumadores, mientras América alcanza un 14%. En este contexto, Argentina enfrenta el desafío de no retroceder frente a una industria que, con nuevas estrategias, busca perpetuar la adicción bajo formas distintas pero igualmente dañinas.