En junio del 2002 Nerina volvía hacia Serodino cuando sufrió un fuerte accidente sobre ruta 11 a la altura de Timbúes. El auto en el que viajaba dio tumbos y los cuatro ocupantes debieron ser hospitalizados con serias heridas. Aquella madrugada a ella la socorrió un vecino de la zona, de unos 50 años, que hoy desea encontrar para agradecerle. “Me salvó la vida”, confió en IRE.

Fue un largo tiempo, de muchos procesos y de borrar secuelas del momento más duro de su vida. Pero, luego de juntar coraje y llenarse de gratitud Nerina Luraschi decidió comenzar una cruzada para dar con el hombre que frenó inmediatamente aquel día del accidente, vio que estaba grave, sin dudar la cargó en su auto y la llevó por atención médica a San Lorenzo. 

Esos minutos fueron claves, para ella siguieron semanas críticas y luego meses de recuperación. El proceso de aceptación y aprendizaje tardó más tiempo, pero hoy más entera y en otra etapa de su vida decidió salir a buscar al héroe que le salvó la vida aquella noche. 

El accidente

En diálogo con IRE, Nerina explicó: “Fue un accidente sobre la ruta que cruza por Timbues a la altura del corralón aproximadamente 00.30 y la 1.00 de la madrugada del 16 de junio del 2002. Viajamos en un Chevrolet Corsa y dió varios vuelcos”.

El siniestro fue de magnitud y fue un milagro para los cuatro jovenes: “El auto quedó en la comisaría de Timbúes y en destrucción total, por lo que comentaron quienes lo vieron había quedado muy reducido y no se explicaban como nos salvamos”.

Pero apareció esta persona que fue clave: “Al momento de ocurrido el accidente se detuvo un hombre en auto Renault 9 color rojo o podría ser Fiat Duna también, como era la más complicada me trasladó en su auto al Sanatorio Regional de San Lorenzo y una vez que me ingresan se fue. Y nunca más supimos de él”.

El héroe anónimo

Justo, aquella fue la madrugada del día del padre. Ella que entonces tenía 20 años, estuvo una semana inconsciente con traumatismos en varias partes del cuerpo. Y “quedé con algunas lesiones y controles neurológicos”, afirmó. 

Ahora Nerina decidió buscar al hombre y cerrar esa etapa de su vida: “Me gustaría encontrarlo porque fue un deseo de muchos años poder agradecerle y por cuestiones de la vida uno la fue postergando”.
 
Los datos son pocos, y más los registros: “Por la dirección que circulaba, que venía hacia Timbúes creemos que podría ser de los alrededores o también que regresara a la localidad, por lo que me comentaron las características serían de un hombre promedio de 50 años”. 
 
Por cualquier dato podes comunicarte con la producción o buscar a Nerina en sus redes sociales.