Desde hace tres meses, la vida de Benjamín, un joven de 17 años de Desvío Arijón, y la de su familia, atraviesa un momento de profunda angustia. Su mamá, Marcela, viene reclamando sin éxito a la obra social OSPAT para que entreguen una medicación que él necesita de manera urgente y permanente para controlar su epilepsia refractaria, una condición que lo acompaña desde pequeño.
Benjamín también tiene parálisis cerebral moderada y utiliza un implante coclear, ya que no escucha sin ese dispositivo. A pesar de sus desafíos, es un chico activo, querido y muy integrado al día a día del pueblo: Va a la escuela, anda en bicicleta, se mueve solo por todos lados y se comunica como puede. “Acá todos lo adoran, es un nene muy querido”, cuenta su mamá.
La falta de medicación, que cuesta $811.000 por frasco y requiere dos por mes, puso a la familia en una situación límite. “Nosotros ya no podemos comprarla más. Hace dos meses lo venimos haciendo, pero ahora no sabemos de dónde sacar. Yo necesito más de un millón y medio por mes para que Benjamín no convulsione”, explica Marcela. El medicamento es indispensable: sin él, Benjamín puede sufrir convulsiones severas y perder los avances conseguidos con tanto esfuerzo.
Para intentar sostener el tratamiento, la familia inició ventas de puño, recibió ayuda solidaria y difundió la situación en redes sociales. Muchas personas colaboraron, algo que Marcela agradece de corazón, pero insiste: “La gente ayuda porque es solidaria, pero no es la solución. La obra social debe hacerse cargo. Esto le corresponde a Benjamín”.
A pesar de los reclamos constantes, como llamados, visitas presenciales, mensajes y la intervención de abogados, la única respuesta que obtuvo es que el trámite “está en reclamo”. Incluso le pidieron 90 días más para evaluar qué hacer. Mientras tanto, siguen sin entregar la medicación ni responder otro pedido clave: el recambio del procesador del implante coclear, solicitado en febrero.
Benjamín cumple años mañana, y la familia espera que ese día no solo esté lleno de alegría, sino también de esperanza. “Yo solo quiero que él tenga lo que necesita para vivir bien, que pueda seguir escuchando y que no convulsione. Él se merece eso y mucho más”, expresa Marcela.
Quienes deseen colaborar para ayudar a sostener el tratamiento de Benjamín pueden hacerlo a nombre de Marcela Gladys Ramírez a través de Mercado Pago. CVU: 0000003100045556316166 Alias: marcela.361.rezo.mp CUIT/CUIL: 27-27764361-3
Hoy, Desvío Arijón acompaña el reclamo y vuelve a unirse en solidaridad. Pero la responsabilidad es clara: La obra social debe garantizar de inmediato la medicación y los insumos que Benjamín necesita para su salud y su vida cotidiana.

