En un emotivo acto, la Comuna de Timbúes inauguró la nueva Cocina Centralizada Comunal en el barrio Gauchito Gil, un espacio destinado a garantizar viandas nutritivas y dignas a los sectores más vulnerables del pueblo. El edificio lleva el nombre de Eglé Mercedes “Chichina” Gattari, en homenaje a quien fuera la primera Ecónoma de la Escuela N.º 217 y figura entrañable de la comunidad educativa local.

La Comuna de Timbúes inauguró la nueva Cocina Centralizada Comunal “Chichina Gattari” en el barrio Gauchito Gil, un espacio destinado a fortalecer las políticas de seguridad alimentaria. El acto fue encabezado por el presidente comunal Antonio Fiorenza junto a integrantes de la Comisión Comunal, la secretaria de Desarrollo Social Milagros Álvez, miembros del gabinete y vecinos de la comunidad.

“Estamos convencidos de que la alimentación también es una forma de hacer justicia. Porque un plato de comida bien hecho, bien pensado y bien distribuido, es una política pública que llega y beneficia a quienes lo necesitan. Gracias Paola, Roxana, Belén y Erica por cocinar cada día desde temprano. Y gracias a Chichina, símbolo de entrega silenciosa, por inspirar con su legado”, expresó Fiorenza.

“Gracias Paola, Roxana, Belén y Erica por cocinar cada día desde temprano. Y gracias a Chichina, símbolo de entrega silenciosa, por inspirar con su legado”

La flamante cocina lleva el nombre de Eglé Mercedes “Chichina” Gattari, en homenaje a quien fuera la primera Ecónoma de la Escuela N° 217. La elección de su nombre busca poner en valor el legado de mujeres trabajadoras que, con entrega silenciosa, forjaron vínculos comunitarios desde lo cotidiano.

La iniciativa forma parte del trabajo sostenido del área de Desarrollo Social, y permite diariamente la elaboración y distribución de más de 200 viandas destinadas a niñas y niños de entre 3 y 12 años, personas con discapacidad y adultos mayores de más de 60 años que se encuentran en situación de vulnerabilidad alimentaria.

Cada menú es supervisado por una nutricionista para asegurar que la comida no solo sea suficiente, sino también saludable y equilibrada, atendiendo las necesidades específicas de quienes la reciben. Las cocineras comunitarias son un pilar clave de este sistema solidario, que comienza desde temprano cada jornada y se sostiene gracias al compromiso diario.

Desde la Comuna destacan que esta nueva infraestructura no solo mejora las condiciones de trabajo y distribución, sino que también reafirma el rol de la alimentación como derecho humano y política pública que promueve la igualdad social.