Un árbol de Navidad hecho con fardos revolucionó por completo la tranquilidad de María Susana, donde un gesto creativo de un vecino se transformó en la postal más comentada de este diciembre. La obra, levantada en las afueras del pueblo, se volvió en pocos días un imán para curiosos y motivo de orgullo para toda la comunidad.
El creador de esta iniciativa es Emanuel Diecidue, un empresario rural que decidió aprovechar su trabajo cotidiano con los rollos para convertirlos en una estructura totalmente fuera de lo habitual. “Quería hacer algo distinto”, explicó ante la sorpresa general, y así comenzó a imaginar un árbol navideño de más de doce metros de altura, armado pieza por pieza.
El proceso no fue sencillo: Los rollos debieron ser trasladados con tractor y luego elevados con una grúa, permitiendo dar forma a una estructura final de siete niveles. A cada altura se le agregaron cintas rojas, moños oscuros y una iluminación que, por la noche, transforma el paisaje y hace brillar al árbol como si fuera una escultura gigante en medio del camino rural.
En el pueblo no se habla de otra cosa. La obra se convirtió en la foto obligada de vecinos, visitantes y familias que pasan a propósito para verlo encendido. “Es increíble lo que generó”, comentan en los comercios y entre los grupos que se acercan a sacarse selfies a cualquier hora.
Diecidue planea sumar en los próximos días fardos más pequeños a modo de regalos, reforzando el espíritu festivo que ya contagió a toda la zona. El árbol quedó ubicado cerca del antiguo circuito de karting, en un sector de ripio que ahora recibe autos, motos y camionetas que frenan solo para admirarlo.
La mezcla de creatividad, ingenio rural y trabajo a pulmón terminó dando vida a una obra que superó cualquier expectativa y que hoy atraviesa cada charla del pueblo. María Susana vive, por estas horas, su propia fiesta navideña anticipada.

