Fausto tiene 15 años y el domingo por la tarde sufrió un grave accidente al caerse de un caballo en la zona rural de Aldao. En un primer momento, su familia pidió cadena de oración porque no despertaba. Recién a última hora del mismo día abrió los ojos. Sin embargo, los estudios médicos posteriores detectaron coágulos de sangre en su cabeza, por lo que su estado sigue siendo delicado. Ahora se viven horas determinantes para su recuperación.

En diálogo con IRÉ, su papá Faustino relató que el joven estaba practicando con los caballos, como hace habitualmente: “Él practica el tema de los tachos, estaba con el primo Juan. Cayó de cabeza y perdió el conocimiento. Estuvo como ocho horas inconsciente hasta que lograron despertarlo en Rosario”. Según explicó, en ese momento él no se encontraba en el campo: “Yo estaba caminando las calles y no pensé que iban a salir con los caballos. Y pasó esta desgracia”.

“Cayó de cabeza y perdió el conocimiento. Estuvo como ocho horas inconsciente hasta que lograron despertarlo ya en Rosario”

A pesar del susto inicial, el adolescente mostró signos alentadores en su evolución: “El lunes me compuse un poco porque lo vi abrir los ojos. Estuvo despierto como 40 minutos, comió, y a la noche volvió a despertar. Va paso a paso”, expresó su padre con emoción contenida.

Este martes, nuevos estudios revelaron que Fausto tiene acumulación de sangre e inflamación en una zona clave del cerebro. “Atrás, donde divide el cerebro al medio, tiene sangre. Está inflamado. Los neurocirujanos dicen que hay que ver cómo evoluciona, si la sangre empieza a desaparecer. Eso es lo que más preocupa. Yo creo que va a salir bien, pero una cirugía en el cerebro es re difícil”, confesó con preocupación Faustino.

Mientras tanto, la comunidad de Timbúes y alrededores se mantiene en vilo. La familia pide que se continúe con la cadena de oración, aferrándose a cada pequeño signo de mejora que da Fausto, en estas horas donde cada minuto cuenta.