A partir del mes de septiembre, la postal actual que brinda la costa de la unión entre los ríos Carcarañá y Coronda, verá su paisaje modificado. Es que para esa fecha se busca reubicar a las familias, que vivieron allí por más de cincuenta años. El gobierno provicial emplazará en el sitio arquológico un centro de interpretación y en consecuencia, los vecinos se mudarán a viviendas a estrenar en el barrio Fonavi. 

Uno de los vecinos costeros es Gabino Ramón Dominguez de 61 años, quien nació y se crió a la vera del Carcarañá, sufrió las crecidas del río varias veces y se tuvo que autoevacuar en mas de una ocasión. En diálogo con IRÉ tras la firma del convenio que permitirá la construcción de doce viviendas contó su experiencia. Pescador de profesión conoce el mapa de las islas, como las líneas de sus manos.

Dominguez apuntó los cuidados del “ratonaje”, haciendo mención a la plaga de roedores y relató sobre las reiteradas apariciones de yararás. Pero también se tomó un tiempo para transmitir sus sensaciones tras la noticia que le cambió la vida: él y su mujer estrenarán un hogar “arriba”, como le dicen en la costa al casco urbano de Puerto Gaboto. 

Al comenzar, describió su situación actual: “Es un desastre, No podés hacer nada acá, tenés que vivir como croto. Ojalá se de todo lo posible para que podamos mudarnos pronto, ya que tengo a mi mujer toda estropeada de la cintura”. Pero luego la esperanza renació, y miró hacia el futuro: “Para mí es una alegría, porque me haría feliz que los chicos vivan arriba, ya que durante los días de lluvia quedan encerrados porque no se puede salir por el barro”. 

Pensandose en un mañana nuevo, Gabino reflexionó que cuando tenga su casa la va a tener “una pinturita” de los detalles que le va a hacer con trabajo entre los miembros de su familia, y reflexionó que siente una gran satisfacción de dejarles un lugar mejor a sus hijos. 

La Ministra de Cultura y el secretario de estado de Hábitat firmaron junto con la comuna local un convenio para reubicar a los vecinos Gaboteros que están radicados a la vera del Carcarañá, hoy asediados por una nueva crecida. Mientras las esperanzas hacen eco en los rincones, se disponen a una nueva oportunidad de volver a empezar.