Desde la editorial Weekend no dudaron en señalar lo maravilloso que es un recorrido de pesca en la zona de islas de Puerto Gaboto, destacando sobre todo la gran cantidad de peces y de buen tamaño que se encuentran. Cabe destacar que realizan una actividad deportiva, cumpliendo con los requisitos previstos para la preservación del ambiente. 

En su relato describieron: “¡Un día maravilloso! Arrancamos la jornada de pesca a las 6 de la mañana en Puerto Gaboto, a unos 70 km de Rosario, Santa Fe donde llegamos con los guías Joky y Laureano Acosta. Allí nos esperaba un pescador muy experimentado: Motti, y así comenzamos esta aventura. Llevamos equipos de bait casting con señuelos y gomas Don Kb y algunas anguilas y cascarudos. 

Los primeros lances los hicimos en una zona poco transitada, donde le tiramos a las palometas. Y de ahí partimos a la zona de los “golden”, donde empezó la fiesta nivel Dios, porque en ningún momento se cortó el pique. Estamos hablando de que a lo largo de la jornada sacamos alrededor de 60 dorados de entre 1 y 5 kg, realmente un lugar digno de visitar para los amantes del bait.

Alrededor del mediodía cortamos para almorzar y hacerle unos tiros a las tarus en un lugar de atrás del Paraná. Por eso en la misma zona y a unos pocos minutos por agua nos adentramos a un paraíso de charcos bastante extensos que, básicamente, está infectado de tarariras de gran porte. Hasta las tres de la tarde le dimos duro a esta especie, para luego volver por los dorados hasta eso de las siete de la tarde, cuando emprendimos la vuelta.

Al día siguiente: Esta vez todos salimos desde Tifón, en San Lorenzo (a 23 km de Rosario), una guardería náutica armada con toda la vanguardia y comodidades. El guía de hoy sería Pablo Costa Gonta, de gran renombre en la zona, y nos acompañaría Leo, integrante del equipo River Rats. La figurita buscada, los chafalores. Y como lo prometido es deuda… el Paraná nos volvió a pagar de la mejor manera.

Pablo conoce la zona como la palma de su mano y siempre atento a nuestras necesidades, así que tras los “chafas” le dedicamos un tiempo a las tarus, por lo que regresamos al mismo lugar del día anterior. Realmente una fiesta, ya qué hay más tarus que agua. Una experiencia imperdible y muy recomendable”.