Diputados presentaron un proyecto de Ley para que el templo parroquial Nuestra Señora de Luján de Puerto Gaboto sea declarado por la legislatura santafesina como Patrimonio Histórico y Cultural de la provincia, por su relevancia tanto para la comunidad local como para todos los santafesinos.

“Declarar al edificio como Patrimonio Histórico y Cultural es ser fieles a la identidad cultural de una comunidad y direccionar las acciones públicas hacia el reconocimiento y verdadero cuidado por los bienes que hacen al ser santafesino”, destaca la iniciativa.

Asimismo, indican que se saldará una vieja deuda con el pueblo y la memoria de una época fundante en nuestra história. Además, autorizaría al Poder Ejecutivo a disponer los medios necesarios y efectuar las adecuaciones presupuestarias a fin de restaurarla y preservarla.

Sus orígenes se remontan a finales del siglo XIX, cuando el clérigo Francisco García construyó una pequeña capilla, donde celebraba Misa los domingos, lunes y viernes. Fue el primer templo en el que se celebraron los primeros matrimonios entre indígenas y europeos.

En el Archivo Parroquial de Coronda existen antecedentes documentales respecto de la realización de oficios religiosos para cinco casamientos en Puerto Gaboto en el año 1888, siendo Asencio Díaz el primer cura párroco.

También se conserva en el mencionado Archivo, un legajo con la leyenda ‘Permiso para la colocación de la piedra fundamental en la Capilla de Puerto Gaboto’, sobre el actual templo. El acta de bendición y colocación de la Piedra Fundamental data del 22/04/1894.

La obra de construcción del templo, estuvo a cargo del arquitecto Egidio Giavedoni, que pertenecía a la orden franciscana de misioneros de San Lorenzo. De estilo neoclásico, el templo exhibe un frente con fuertes columnas dóricas, rematados por un frontispicio triangular.

Sin embargo, el edificio acusa un deterioro que amenaza con dejarlo en ruinas. En días pasados, el estado de deterioro generalizado derivó en el colapso del cielo raso del frontis, poniendo en peligro no sólo la conservación del edificio, sino también la integridad de los fieles que diariamente lo atraviesan para ingresar o salir del templo.

Este templo tiene un valor patrimonial que excede a la fecha cronológica en que fue construido (1897), sino que posee un valor simbólico y cultural. A la hora de ponderar el valor del lugar, no podemos soslayar que se trata del enclave donde se celebró la primera Misa en lo que hoy constituye el territorio argentino.