En la región, los carnavales siempre fueron una fiesta de comunidad. Entre trajes, plumas y música, muchas familias de Andino, Timbúes y los pueblos cercanos encontraron una forma de expresión que va más allá del verano. De esa tradición nació Amarí, una comparsa que empezó como un sueño familiar y terminó marcando un precedente histórico en Santa Fe: Convertirse en la primera comparsa en tener su propia Asociación Civil.

Esto nació hablando un día, soñando. Mis hijas, sobrinas y muchas chicas de la zona siempre participaron de los carnavales y un sueño de mi hija me llevó a mí a querer cumplirlo”, cuenta emocionada Sandra Barria, presidenta de la comparsa. “Hoy Amarí es protagonista en la provincia, y lograr convertirnos en la primera Asociación Civil fue un paso enorme. Cuesta, lleva mucha dedicación, pero cuando tenés un sueño, hay que cumplirlo.”

El proyecto creció entre brillos, viajes y amistad, con un grupo de mujeres que encontraron en el carnaval un espacio de encuentro. “Nos juntamos las veces que haga falta. Hay una comisión de padres que acompaña y hoy tenemos pasistas de distintos lugares: Andino, Timbúes, Carrizales, Oliveros… ya somos una gran familia“, explica Sandra.

Mi casa está llena de lentejuelas, de brillo, de mallas. Cada show es un acontecimiento. Y ver a las chicas darlo todo en el escenario, viajar a Córdoba, representar a nuestro pueblo, es un orgullo inmenso“.

A su lado, Sonia Díaz, tesorera de la Asociación, agrega: “Todo esto significa mucho trabajo y organización. Por eso lanzamos un bingo el 16 de noviembre en el Salón Evita de Timbúes, en calle Güemes. Tiene premios hermosos y lo recaudado nos va a ayudar a renovar los trajes y a seguir soñando con nuestra batería propia”.

El sueño de la batería propia sigue firme. “Ya salimos con Los Primos, una batería de San Lorenzo que nos acompañó muchísimo. Pero queremos tener la nuestra. Va a llevar tiempo, pero lo vamos a lograr”.

Entre tanto, el espíritu de Amarí no se detiene. “Bailamos todo el año. Es un hobby, una alegría. Es salir de la rutina, compartir con nuestras hijas, disfrutar. No hay límites de edad ni de género, cualquiera que ame el baile puede sumarse”, cuenta Daiana Blanche, una de las pasistas.

La comparsa también se transformó en un espacio cultural abierto.La Asociación nos habilita a soñar más allá del carnaval. El día de mañana podemos tener nuestro propio salón y dar clases de distintos estilos, desde reggaetón hasta zumba. Es un sueño que recién empieza“.

Con un año cumplido como Asociación Civil, Amarí sigue creciendo y contagiando ritmo por toda la región.Hicimos Andino, Carrizales, Timbúes, Córdoba… donde nos llaman, vamos. Lo nuestro se hace con amor, con corazón, y cuando algo se hace con amor, sale bien“, resaltan.

La invitación está hecha: El bingo solidario del 16 de noviembre promete premios espectaculares (un costillar con $30.000, tres pollos con ensalada y $20.000, una pava eléctrica con $15.000 y más sorpresas), además de música, baile y el calor de esta gran familia carnavalera.