La asociación civil Casa de Oración se propuso restaurar el legado de la Hermana Etelvina. El proceso de adecuación de la vivienda tiene como objetivo fines educativos para diferente tipos de grupos. El 24 habrá un arroz con pollo para juntar fondos, las entradas están a la venta. 

Para llevar adelante los arreglos necesarios de la casa, un conjunto de personas reunidas bajo el proyecto ‘En camino. Experiencias educativas’, se han puesto a trabajar y diagramar estrategias que sirvan para recomponer el edificio y que pueda ser utilizado para actividades formativas. En este sentido, el docente Roque Pettinari, integrante del proyecto comentó a IRÉ los objetivos: “Nosotros, con un grupo de docentes, de educadores y también de médicos hace muchos años que realizamos experiencias educativas en contacto con la naturaleza apuntando a la formación en valores”.

La iniciativa está orientada a instituciones diversas: “La mayoría son instituciones escolares, tanto primario, secundario, terciario, universitaria, como otro tipo de instituciones clubes, grupos de scouts, grupos abiertos inclusive, la realización de este tipo de experiencias”.

Ahora, la intención es mejorar el espacio para estos fines, como mencionó el docente: “Nos vinculamos, un poco casualmente con la gente que está encargada de la casa de oración San Francisco de Asís, que generó la madre Etelvina, a quien yo conocí. Entonces, vimos la posibilidad de utilizar este espacio con esta finalidad. Para hacer encuentros, retiros, convivencias, campamentos”.

Por eso desde la “Asociación civil Casa de oración”, de la cual Pettinari forma parte se invita a todos a participar: “El 24 de Junio al mediodía, hacemos un arroz con pollo en el salón de los jubilados provinciales. Entonces, están todos invitados, la verdad es que necesitamos la presencia de mucha gente. Una actividad que es bastante económica, pero que nos puede dar recursos como para empezar en concreto a hacer todas estas modificaciones en el lugar, en el parque, en la casa”.

Además, Pettinari convocó a todo los que puedan a colaborar: “La encargada es la presidenta de la Asociación, que es Mari Ales, que es la que tiene las entradas. Y hay otra gente vendiendo entradas tanto en La Ribera, como en Oliveros. La entrada sale 190 pesos los mayores, 100 pesos los menores. Y culminó: “Nosotros lo que queremos es generar espacios de silencio, de encuentro, de reflexión y de diversión para los chicos, para que puedan ellos mismos construir un mundo un poquito mejor”.