Un desgarrador testimonio de una nena sacudió a una familia Oliverense. La pequeña encontró la manera de contarle a su mamá el padecimiento que sufría por parte de su padre con abusos sexuales desde sus 9 a 13 años. La mujer radicó inmediatamente la denuncia en febrero del año pasado y Felipe G. está preso desde entonces. Ayer hubo una nueva audiencia.

Los tribunales de San Lorenzo tuvieron ayer una audiencia preliminar donde el Fiscal Leandro Lucente lo acusó del “delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo en carácter de autor”. Solicitó la pena de 15 años de prisión y fue avalado por la querella, a cargo de Daniel Machado.

El Juez de Primera Instancia, Dr. Romanini aceptó el requerimiento acusatorio presentado, y dispuso la prórroga de la prisión preventiva efectiva hasta el juicio oral, que aún no tiene fecha de realización.

Casi cuatro años de abuso

En febrero del año pasado, una nena en medio de una discusión logró contarle a su mamá lo que estaba viviendo. Entonces y a través de una nota relató que sufría abusos sexuales por parte de su papá y que venían desde hace años. 

La mujer, completamente sorprendida por la situación, radicó inmediatamente la denuncia. Cabe destacar que ya no formaban una pareja pero la menor compartía las visitas con su progenitor tal como se estableció en el acuerdo parental. 

Desde que la justicia intervino, Felipe G. quedó detenido. En diálogo con IRE la Fiscalía a cargo del doctor Lucente planteó la sensibilidad del caso y fueron escuetos los detalles que se brindaron para contextualizar lo sucedido, pero contundentes: La pequeña señaló a su padre como autor material de reiterados abusos sexuales entre sus 9 y 13 años de edad.

Ayer en la última audiencia preliminar se determinó que el masculino acusado siga en prisión efectiva, es decir detenido, hasta tanto haya una sentencia condenatoria. 

Por el delito, de acuerdo al código procesal penal, la cantidad de años de prisión solicitados son de 15. Cabe destacar que además del rol de Lucente como defensor de los derechos de la víctima, la familia sumó la figura del querellante para acompañar su reclamo.