“Hay que rescatar al jefe”, fue la clave que activó el plan entre los integrantes de la banda de sicarios que actuaron en el Hospital Provincial de Rosario. El objetivo era rescatar a Gabriel Lencina, un preso condenado a 22 años que había entrado a la guardia. Finalmente no lograron el cometido y terminaron hiriendo a tres personas y matando de un tiro en la cabeza al guardia Leoncio Bermudez. El MPA logró identificar a tres, el dato clave fue que un mes después del homicidio y antes de que se confirmara su participación, uno de ellos quedó detenido por un robo violento, fue derivado a la colonia de Oliveros y el 15 de diciembre se escapó. Desde entonces está prófugo. 

Hubo avances en la investigación del Ministerio Público de la Acusación en el caso intento de rescate de Gabriel Lencina, pero lejos de llevar tranquilidad muestran a las claras una red de sicarios activa, que entiende de los recovecos del sistema para hacérselos a su favor. Y una colonia psiquiátrica de Oliveros que no tiene las herramientas para ser parte del sistema penitenciario. 

El 14 de noviembre un grupo de hombres irrumpió en el Hospital Provincial de Rosario para “rescatar” a un convicto condenado a 22 años de prisión por un homicidio y una tentativa de homicidio, que había sido trasladado desde la cárcel de Piñero para ser atendido en la guardia por un cuadro de tuberculosis.

De acuerdo a la investigación de la fiscal Gisela Paolicelli y la División Homicidios se lograron identificar a dos internos del pabellón 9, donde está alojado Lencina, como quienes consiguieron a través de mensajes de texto la logística para “rescatar a uno de los jefes”.

Tal como relató la fiscal que lleva a cabo la investigación: “Irrumpieron en la guardia dos personas buscándolo y, en ese momento, tuvieron un forcejeo con el personal del Servicio Penitenciario que oficiaba de custodio del detenido. No lograron ni llevarse al detenido ni agredirlo o dañarlo y cuando están saliendo de la guardia un personal de seguridad, un policía, que cumplía funciones allí en el Hospital Provincial, intentó detenerlos, y le dispararon en la cabeza”.

Resulta que un mes después, y antes de ser identificado como autor material del crimen, detuvieron a Mauricio Ezequiel Bustos por un robo violento en la zona oeste de Rosario, donde intentó escapar con un auto que había robado a punta de pistola, en una secuencia en la que llegó a apuntatarle a un nene de 12 años. El episodio tuvo lugar el 15 de diciembre.

Pero fue derivado a la Colonia Psiquiátrica de Oliveros tres días después, coincidente con el momento en que los investigadores lograron unir los cabos y ponerlo en el lugar de los hechos, se escapó. Desde entonces permanece prófugo.