A primera hora de hoy, una joven mamá de Puerto Gaboto dio a luz a su primer hijo dentro de la ambulancia de Oliveros, mientras era trasladada hacia el Hospital. Noah llegó al mundo sano y fuerte gracias al rápido accionar de los profesionales del Centro de Salud Comunal en autopista, en jurisdicción de Timbúes. “Estamos muy agradecidos con Mauro el enfermero, el chofer Sebastián y la doctora que nunca la dejaron sola”, confió la abuela en IRÉ.

La historia de Juliana Domínguez, una joven mamá de 17 años de Puerto Gaboto, comenzó esta madrugada sin señales de lo que estaba por venir. “Ella no tenía dolores, pero a las seis y cuarto de la mañana rompió bolsa”, relató su mamá, María, en diálogo con IRÉ. Ante la urgencia, la familia se dirigió primero al hospital de Maciel, pero al no haber ambulancia disponible, decidieron continuar hasta el Centro de Salud de Oliveros, donde fueron recibidos con una “excelente atención”.

El traslado hacia el Hospital Granaderos a Caballos de San Lorenzo se inició de inmediato, pero la vida tenía otros planes. “La traían a San Lorenzo, pero no llegó. Llegando a Timbúes dio a luz”. En la parte trasera de la ambulancia, con la guía y contención del enfermero Mauro, Noah nació en pleno trayecto por la autopista, pesando 2 kilos 560 gramos.

“Gracias a Dios todo salió bien. Juliana tenía un poco de presión alta, pero ahora está estable. Mauro fue un ángel, no la dejó sola ni un segundo”, agregó. La emoción se reflejó incluso en la única foto que alcanzó a tomar, donde se ve al enfermero junto a la joven mamá, instantes después del nacimiento.

Tanto Juliana como el pequeño Noah permanecen internados en el Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria, donde se recuperan favorablemente y pronto recibirán el alta para volver a casa. “Fue todo rápido, en dos horas rompió bolsa y ya lo tenía en brazos. Todavía no lo podemos creer”, amplió María.

En medio del apuro, los nervios y las sirenas, la vida volvió a hacerse espacio en el camino. Noah, el pequeño de Puerto Gaboto, eligió llegar al mundo en movimiento, recordando que, incluso en las circunstancias más inesperadas, la esperanza siempre encuentra su lugar.