La plaza San Pedro se convirtió en epicentro de emoción, recogimiento y fe este lunes, tras la confirmación del fallecimiento del papa Francisco a sus 88 años. La noticia fue anunciada oficialmente a las 7.35 por el Camarlengo de la Iglesia romana, Kevin Joseph Farrel, y rápidamente generó una ola de conmoción a nivel mundial. Apenas minutos después, miles de fieles comenzaron a acercarse al Vaticano.

Francisco, el primer papa latinoamericano y jesuita, deja un legado profundo tanto dentro como fuera del ámbito eclesiástico. Su cercanía con los más vulnerables, su lucha contra los abusos y su mensaje de humildad transformaron su papado en una etapa histórica. La plaza frente a la basílica que lleva el nombre del primer pontífice cristiano se llenó de velas, rosarios, lágrimas y cantos, en una vigilia espontánea que refleja el cariño y la devoción que despertó a lo largo de sus años como líder espiritual.

Durante los próximos días, el Vaticano será escenario de dos momentos clave: la despedida oficial del Papa y el inicio del cónclave, el proceso mediante el cual los cardenales elegirán a su sucesor. Se espera la llegada de representantes religiosos y políticos de todo el mundo, en una ceremonia que combina tradición, espiritualidad y fuerte simbolismo. El cuerpo del pontífice será expuesto para la veneración pública en la Basílica de San Pedro, donde millones de personas podrán darle el último adiós.

Mientras tanto, el mundo católico entra en un período de luto profundo.