El oficialismo nacional recibió este domingo una de sus derrotas más duras desde la llegada de Javier Milei al poder. En las elecciones legislativas provinciales de Buenos Aires, el frente opositor Fuerza Patria obtuvo casi un 47% de los votos frente al 34% alcanzado por La Libertad Avanza, con el 96% de las mesas escrutadas. La diferencia de más de 13 puntos impacta de lleno en el tablero político nacional y posiciona al gobernador Axel Kicillof como un jugador clave con proyección presidencial para 2027.
La magnitud del resultado no solo fortalece al peronismo en su bastión histórico, sino que también deja al Gobierno en una situación de vulnerabilidad política. El propio Milei reaccionó con dureza tras conocerse los números y advirtió que “no se va a cambiar ni un milímetro” el rumbo trazado, pese a las dudas que se abren sobre la viabilidad de sus políticas en un Congreso que puede complicarse aún más para el oficialismo.
El escenario electoral bonaerense, además, tuvo la particularidad de realizarse por primera vez de manera desdoblada de las elecciones nacionales. Con un padrón de más de 14 millones de personas, la provincia definió 46 bancas de diputados y 23 de senadores provinciales, además de concejales en los 135 municipios.
La participación alcanzó el 62,73% del padrón, una cifra considerada baja para el peso de la elección. Durante la mañana se había registrado un nivel de votantes por debajo de lo esperado, lo que generó preocupación. Sin embargo, la concurrencia aumentó en horas de la tarde, cuando las escuelas recibieron una mayor afluencia de electores.
Pese a algunas denuncias por robo de boletas, la Junta Electoral bonaerense destacó que la jornada transcurrió con normalidad. Ahora, con el resultado sobre la mesa, la mirada se centra en cómo impactará esta derrota en la estrategia del Gobierno nacional de cara a los próximos meses y en la capacidad de Milei para sostener un rumbo económico que ya estaba bajo fuerte presión antes de este golpe político.