Vecinos de Villa La Ribera lanzaron a fines de abril un petitorio para pedirle al presidente de la Nación, Alberto Fernández, que disponga de la infraestructura necesaria para el acceso a los puertos de la región. En solo 24 horas habían conseguido 700 firmas y la semana pasada elevaron el reclamo en un sobre con más de 1800 voluntades que piden al mandatario que se ocupe de la problemática.

Así lo confirmaron los vecinos agrupados en El Embudo, grupo que surgió ante la necesidad de organizarse para reclamar una mejor calidad de vida. “Que triste la sensación de utopía al creer que un presidente escuche a su pueblo, pero no nos queda otra que insistir por todos los medios. Gracias a todos los que sumaron su fuerza en esto”, expresaron.

También presentaron su reclamo ante las defensorías del pueblo de Nación y Provincia, exigiendo que se tomen medidas y se realicen las obras tendientes a impedir que el tránsito pesado siga pasando por el ejido urbano.

“Aquí se genera el embudo de los 15 mil camiones diarios que llegan desde autopistas y rutas santafesinas a las empresas portuarias ubicadas en la localidad de Timbúes. Desde el año 2005 luchamos para que se genere la infraestructura y organización del tránsito acorde a la importancia económica que tienen los puertos para todo el país”, reclaman los vecinos.

Y agregan: “Durante toda la cosecha gruesa, las rutas y accesos a nuestro pueblo quedan colapsadas, no solo poniendo nuestra vida en peligro, sino que también quedan expuestos los camioneros a largas horas de espera sin lugares adecuados para colmar sus necesidades básicas, estacionados en banquinas y calzadas siempre en peligro de vuelcos o choques, incluso cuando pagan para que las rutas estén en condiciones”. 

Es que a diario los vecinos deben arriesgarse a conducir en contramano, por banquinas, sin visión, esperando colectivos en mitad de la ruta, sin accesos de ambulancias, bomberos y policía, por el caos que genera la gran afluencia de camiones.

Por eso mismo reclaman soluciones de manera definitiva, “no solo para que podamos vivir tranquilos y seguros, sino también para que los accesos al negocio portuario más grande del mundo no sean una vergüenza que evidencian la poca responsabilidad del Estado para su gran ingreso de divisas”.