Hoy, 25 de mayo, se cumple un año del día en que Renzo sufrió un brutal ataque que cambió su vida para siempre. El pedido de justicia no cesa y su lucha por salir adelante tras superar el coma tampoco. Si bien recibe contención de profesionales, su rehabilitación permanece suspendida por la pandemia y de momento su único apoyo es el amor familiar.

Un año pasó de aquella noche sin testigos ni registros claros. Renzo Zelada, macielense de 34 años, salió a bailar a un boliche en San Martín de las Escobas. Lo único que se conoce es que estaba solo cuando lo atacaron brutalmente dándole un fuerte golpe en la cabeza, que lo dejó al borde de la muerte.

Ese día el vecino comenzó a luchar por su vida. “Me lo encontré en terapia, no podía creer que era mi hermano. Fue muy triste, muy feo”, expresó Selene, su hermana, en diálogo con IRE y confió que lo reconoció porque una semana antes se había hecho un tatuaje en el brazo, en honor a su madre.

Tras nueve meses en un Hospital Cullen de Santa Fe, que incluyeron tres intervenciones quirúrgicas, superó el coma. Ahora permanece al cuidado de su familia, con rehabilitación. No puede caminar, recordar, ni hablar. En tanto la causa, a un año del brutal ataque, no tiene imputados, detenidos, ni sospechosos. Y la incertidumbre de su hermana crece cada día, intentando buscar una respuesta: “Es muy difícil todo, muy injusto también”.

A Renzo le dieron un palazo en la parte izquierda del cráneo y las lesiones neurológicas le produjeron una parálisis en el hemisferio derecho del cuerpo. “Todos los días llamo a Rafaela, nunca tengo respuesta”, lamentó con dolor Selene y añadió: “Necesito creer en la justicia, que mi familia crea. Es muy triste que un chico salga a divertirse, que vuelva en ese estado y que nadie sepa nada”.

La fiscal rafaelina Gabriela Lema ya no interviene en la causa, pero la nueva letrada continía investigando con la carátula de “intento de homicidio”, de acuerdo indicó la hermana de la víctima, quien reclama una respuesta sobre qué fue lo que pasó con Renzo.

Incansablemente intentaron hablar con distintos funcionarios, pero sin resultados. “Es muy triste saber que no tenemos nada. Hay muchas respuestas que necesito saber. Renzo no va a volver a ser el mismo. Aguién le arrebató la vida. La injusticia duele”.