En la antesala de la etapa decisiva del cram down (el proceso judicial que definirá el futuro de Vicentin), el Grupo Grassi consiguió un fuerte respaldo a su plan de salvataje de la agroexportadora que protagonizó el mayor default de la historia del mercado granario argentino.
El Fideicomiso Acreedores Granarios de Vicentin, integrado por unas 70 empresas agropecuarias, comunicó oficialmente que acompañará la propuesta de Grassi. “La iniciativa refleja un verdadero interés en sostener la operación de la compañía, proteger a sus trabajadores y asegurar la recuperación del 100% de lo adeudado desde 2019, en condiciones transparentes y justas”, expresaron en un comunicado.
El respaldo no es menor: El fideicomiso nuclea a un grupo de acreedores que desde el inicio cuestionó el esquema de pago que Vicentin intentó homologar sin éxito en la Justicia. Ahora, con el cram down a punto de abrirse, su apoyo a Grassi fortalece al grupo, que ya anticipó que trabaja en alianza con Cargill en caso de quedarse con la empresa.
El juez del concurso, Fabián Lorenzini, debe habilitar en los próximos días el período de concurrencia. Allí, los interesados podrán salir a buscar adhesiones de los acreedores. En la carrera ya están anotados Bunge, Unión Agrícola Avellaneda, la dupla Molinos Agro–Dreyfus y Grassi. El primero que logre reunir los votos de dos tercios del capital y la mitad más uno de los acreedores, se quedará con el control de la agroexportadora.
El plazo no es largo: El proceso concluirá el 15 de octubre. Hasta entonces, las miradas estarán puestas en la pulseada entre los gigantes del sector y en la posibilidad de que los acreedores logren, por primera vez, un desenlace que combine la continuidad de la empresa con la recuperación plena de sus deudas.