Este lunes, en los tribunales de la ciudad de Santa Fe, fue imputado Roy Adrián B., un joven de 20 años acusado de asesinar a sangre fría al remisero Raúl Eduardo Ruiz en la localidad de Arocena. La imputación fue realizada por el fiscal Marcelo Nessier, quien lo señaló como autor del delito de homicidio doloso calificado “criminis causa”, es decir, para procurar su impunidad tras cometer un robo. La audiencia fue encabezada por la jueza Cecilia Labanca, y antes de la exposición del fiscal, dos hijas de la víctima pidieron justicia en un momento de suma tristeza.

Según la investigación, el crimen ocurrió la noche del lunes 9 de junio. Roy Adrián B., domiciliado en Gálvez, se encontraba en Arocena, en la casa de su suegro. Luego de una discusión con su pareja, se dirigió a la vivienda de un vecino cercano y sustrajo una carabina calibre 22 que estaba sobre una mesa en la galería. Con el arma en su poder, regresó a la casa de su suegro y pidió prestado un teléfono para llamar un remis que lo llevara de vuelta a Gálvez.

Raúl Ruiz, el remisero de 74 años, acudió al llamado. Minutos después de iniciar el viaje, Roy Adrián B. lo habría obligado a detener la marcha en un camino rural conocido como Comi Pini. Fue allí donde, según la fiscalía, le disparó a quemarropa en la nuca, provocándole la muerte inmediata. Luego, el joven arrastró el cuerpo y lo arrojó en una zanja con agua, intentando borrar las huellas del crimen.

El imputado intentó huir en el vehículo de la víctima, pero volcó a unos cuatro kilómetros del lugar. Posteriormente, pidió ayuda a otro remisero que lo llevó hasta una casa en Gálvez y luego de regreso a Arocena. En el trayecto, se detuvo brevemente en el lugar del accidente para recuperar una gorra, en presencia de un camionero que ya había alertado a la policía. La carabina fue hallada en el interior del auto volcado, lo que inicialmente hizo pensar a los agentes que se trataba de un accidente de tránsito.

Con el avance de la investigación, la policía encontró el cuerpo de Ruiz, identificó rastros que comprometían al sospechoso y procedió a su detención. Además del dermotest positivo que confirmó que había disparado un arma, una huella en el barro junto al cadáver coincidía con la suela de una de sus zapatillas. El fiscal Nessier ya anticipó que pedirá prisión preventiva en la audiencia de medidas cautelares prevista para el miércoles.