Las estaciones de servicio amanecieron con un nuevo cuadro tarifario que vuelve a golpear el bolsillo de los automovilistas. Shell llevó la nafta súper a $1.709 y la V-Power a $1.995, mientras que YPF actualizó sus valores a $1.633 para la súper y $1.851 para la Infinia. El gasoil también acompañó los incrementos y, en la mayoría de los surtidores, ya no baja de los $1.700 por litro.
El ajuste se suma al aumento aplicado el 1° de noviembre, autorizado por el Enargas, que habilitó una suba promedio del 3,8% en las tarifas de gas. Aunque no hubo comunicación oficial por parte del Gobierno ni de las compañías, la actualización estaría vinculada a la aplicación parcial del impuesto a los combustibles líquidos y al dióxido de carbono, mecanismo que viene siendo aplicado de forma escalonada.
El movimiento se da en un escenario económico marcado por una inflación del 1,1% durante octubre, lo que agrega presión a los costos de transporte y a la cadena de precios. Para los usuarios finales, el impacto es inmediato y visible: cada visita a la estación representa un desembolso mayor que el del mes anterior.
Con los valores vigentes, llenar un tanque de 50 litros ya implica un gasto elevado. En YPF, la nafta súper demanda $81.650, mientras que la opción Infinia asciende a $92.550. En el caso de Shell, cargar V-Power roza los $100.000. El incremento vuelve a poner en agenda la preocupación por el sostenido encarecimiento de los combustibles y su efecto en el costo de vida.

