La reconstrucción del recorrido de una avioneta que aterrizó de emergencia en Díaz fue posible gracias al análisis exhaustivo de los dispositivos electrónicos secuestrados durante el operativo. Un GPS de cabina y dos teléfonos celulares fueron las piezas clave para desentrañar una maniobra de vuelo clandestino que se investiga por presunto contrabando y narcotráfico internacional.
Según informaron fuentes confiables a IRÉ, la aeronave —una Luscombe con matrícula adulterada— partió desde Bolivia el 2 de junio con rumbo a territorio argentino, y su trayectoria fue monitoreada a partir de los “waypoints” (puntos georreferenciados) creados manualmente por los pilotos. En paralelo, los teléfonos de los imputados registraban mensajes, fotos, coordenadas y videos que fortalecen la hipótesis de una operación narco transnacional.
Entre los datos técnicos, el GPS reveló un paso por puntos etiquetados como “Lora” (13:20) y “Recor” (14:45) en Bolivia, con referencias compatibles con “recoger”. Luego, el punto “Dormi” aparece como posible sitio de pernocte o escala nocturna. El ingreso al espacio aéreo argentino se detectó el 3 de junio a las 8, con registros intermitentes hasta las 12:59 en Santa Fe. Una parada crítica fue en el punto denominado “Deja/Dejada” a las 16:25, ubicado cerca de galpones rurales en Arroyo del Medio, Buenos Aires, donde los investigadores creen que se efectuó una entrega de carga.
El último registro corresponde a las 17:38, en Díaz, lugar donde la avioneta quedó inutilizada tras un aterrizaje forzoso. En la zona, la policía detuvo a los dos pilotos, un boliviano de 30 años y un peruano de 54, y les secuestró 30.500 dólares, celulares, bidones de combustible y un cargador con municiones 9 mm.
El contenido de los celulares reforzó aún más la hipótesis fiscal. Se recuperaron mensajes de WhatsApp con expresiones como “la recogida”, “estoy cargando”, “de la dejada estoy a 30” y videos donde se manipula un objeto con forma de ladrillo de droga, presuntamente cocaína. También se encontraron fotografías tipo selfie en la cabina de vuelo, imágenes satelitales, intercambios sobre rutas alternativas y advertencias ante presencia de Gendarmería: “no podemos salir de aquí”, “entramos a ñeñas”.
El análisis fue realizado por personal de Gendarmería Nacional, Policía Federal y la PROCUNAR (Procuraduría de Narcocriminalidad). En función de esta evidencia, la fiscalía federal solicitó y obtuvo allanamientos en Arroyo del Medio (Buenos Aires) y Peyrano (Santa Fe), donde se hallaron dispositivos, croquis y registros fílmicos que refuerzan la línea investigativa.
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