Anteayer en el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, las familias y trabajadores del Hogar Santa Cecilia de Diaz colocaron carteles para la concientización por las calles del pueblo. Se da en el marco de la posibilidad de cierre de la institución debido a complicaciones administrativas con el edificio donde funciona la institución. 

Familiares, trabajadores y amigos autoconvocados del Hogar Santa Cecilia de Díaz, decidieron comunicar la compleja situación por la que la institución atraviesa en un día especial: En la calle con carteles y con un comunicado que ahondó en su historia. En 2009, el hogar con centro de día comenzó a funcionar en un inmueble de calle Sunchales (entre San Luis y Mendoza). Al día de hoy, brinda trabajo a 40 personas de la comunidad, y aloja en sus instalaciones a 36 residentes que son personas con discapacidad, que carecen de familias o que, si bien tienen familia, se encuentran imposibilitadas de contenerlos adecuadamente.

Segun detallaron sus representantes, la institución abona a la comuna, en concepto de canon locativo, el equivalente a una cápita correspondiente a la prestación Hogar Permanente con Centro de Día, pero frente al vencimiento del plazo de locación oportunamente establecido, la Comuna habría comunicado que pretende “cobrar el triple de lo que actualmente está percibiendo”.

“Para que se renueve el contrato de locación del inmueble donde funciona el Hogar Santa Cecilia, la institución debería abonar a la Comuna de Díaz, no una, sino tres capitas correspondientes a la prestación Hogar Permanente con Centro de Día”, detallaron desde la institución.

Asimismo, añadieron: “El valor de la cápita, el cual se encuentra absolutamente regulado y determinado por el Ministerio de Salud de la Nación, experimentó y sigue experimentando constantes aumentos, para evitar que el fenómeno de depreciación monetaria afecte el funcionamiento de instituciones como el Hogar Santa Cecilia”.

En ese sentido, continuaron: “Lo exigido por la presidencia comunal excede las reales posibilidades de una institución cuya actividad se encuentra absolutamente regulada, tanto en cuanto a sus costos laborales, estructurales y de funcionamiento, como en cuanto a los aranceles que puede cobrar a los beneficiarios de las prestaciones otorgadas”.

La situación trascendió al personal del Hogar, y a la comunidad, generando preocupación y angustia a todas las personas que directa o indirectamente se encuentran vinculadas con la institución. De la misma manera, explican que la incertidumbre afecta por igual a los residentes de la institución y a sus familias, quienes se sienten parte, fruto del enorme trabajo que desde el Hogar se realiza hacia la integración social con la Comuna.

“Fue mucho el trabajo y esfuerzo que a lo largo de diez años han realizado, y siguen realizando, todas y cada una de las personas que se han desempeñado en el Hogar, para lograr la absoluta integración de los residentes de la institución con los miembros de la comunidad. La integración con los habitantes de Díaz no fue sencilla, sino que inicialmente se topó con las trabas propias del desconocimiento y los prejuicios, los cuales, poco a poco, se fueron removiendo, hasta lograr la adopción plena del Hogar y sus residentes por parte de la comunidad”, aseguraron.