Belgrano de Serodino se consagró campeón de la Liga Regional Totorense de Fútbol 2025 en el fútbol femenino y el festejo fue mucho más que una vuelta olímpica. Fue el cierre de un año intenso, atravesado por viajes, rutinas exigentes y decisiones cotidianas que muchas veces no se ven, pero que sostienen cada logro. Para Naomi Romero, jugadora del plantel y oriunda de Oliveros, el título tuvo un significado especial.

Cuando el partido terminó y el campeonato se hizo realidad, no hubo lugar para el análisis inmediato, sino para la emoción. Naomi cuenta que lo primero que sintió fue una profunda satisfacción y la certeza de que todo el esfuerzo había valido la pena.

“Se terminó y todo valió la pena. Viajar, trabajar, estudiar… nos lo merecíamos”, resumió.

Desde lo futbolístico, la jugadora entiende que el año fue redondo. El equipo fue creciendo con el correr del torneo, superando instancias decisivas y dejando atrás cualquier dificultad previa. Haber llegado invictas a las etapas finales y coronar el proceso con el campeonato terminó de confirmar un trabajo sostenido en el tiempo. En ese camino quedaron entrenamientos nocturnos, salidas apuradas del trabajo y jornadas con poco descanso, sacrificios que hoy encuentran sentido en el resultado.

Pero el título no se explica solo desde el juego. El grupo humano fue una de las bases del campeonato. Naomi lleva dos años en Belgrano y, aun sin ser del pueblo, asegura que siempre se sintió acompañada. Reconoce que no es sencillo convivir en un plantel numeroso, con jugadoras que no se conocían y con realidades personales muy distintas, pero destaca que el respeto y el apoyo mutuo permitieron sostener el día a día.

La rutina, especialmente para las jugadoras que no viven en Serodino, fue otro de los grandes desafíos. Naomi relata que muchas veces arranca el día sabiendo que no volverá a su casa hasta la noche: sale del trabajo directo al entrenamiento, con el bolso preparado desde la mañana. Entre autos compartidos, colectivos y remises, el grupo encontró la forma de estar presente en cada práctica y en cada partido.

Sostener ese ritmo no siempre es fácil y hay momentos en los que el cansancio aparece. Sin embargo, Naomi explica que los resultados cambian la perspectiva: Avanzar, ganar y finalmente salir campeonas hizo que el esfuerzo dejara de sentirse como una carga para transformarse en orgullo y satisfacción.

También destaca la integración entre las jugadoras del pueblo y las que llegan desde otras localidades. Asegura que siempre intentaron participar de la vida del club como una más, acompañando y colaborando cada vez que fue necesario, y que ese compromiso fue reconocido dentro del grupo.

Con apenas tres años en el fútbol, Naomi también se permite mirar su propio recorrido. Comenzó sin experiencia y hoy celebra un campeonato, por lo que su mensaje para las chicas que quieren empezar apunta a la constancia, la paciencia y el aprendizaje permanente. Sostiene que nada es sencillo, pero que con compromiso y ganas de aprender, los resultados llegan.

Al momento de definir el 2025, Naomi habla de un año que la sorprendió. En medio de la rutina diaria, el fútbol apareció como un espacio de crecimiento, recompensa y emoción.

“Fue un año lleno de emociones. Muy feliz, no puedo pedir otra cosa”, concluyó.

Belgrano de Serodino fue campeón. Y detrás del título, quedó expuesto todo aquello que no siempre se ve: El esfuerzo diario, la organización silenciosa y un grupo que eligió no aflojar.