Justo el día de su cumpleaños, Silvina decidió comenzar la búsqueda de su familia biológica. Con sus papás adoptivos fallecidos, se encontró con pocos datos pero algunos certeros de quien sería su madre: Una adolescente de 17 años en 1991 llamada Miriam. Nació en el Sanatorio Regional, con la particularidad de que sus papás adoptivos la inscribieron formalmente. Lo que borra cualquier antecedente en organismos oficiales de su identidad. En medio de un torbellino de emociones se animó a dar el paso y a pedir de la memoria colectiva para reconstruir su historia.

Hace 34 años, un 20 de agosto de 1991, nacía en el Sanatorio Regional de San Lorenzo una niña que fue inscripta como hija de otra mujer, pero que nunca conoció a su madre biológica. Hoy esa bebé es Silvina N. Sánchez, una mujer que llena de preguntas que decidió ayer en el día de su cumpleaños contar su historia y emprender una búsqueda cargada de fe y esperanza para conocer sus orígenes.

Silvina creció sabiendo que había sido adoptada, aunque nunca existió un papel formal que lo certificara. Sus padres adoptivos fallecieron y lo poco que pudo reconstruir llegó por relatos sueltos de familiares: Su madre biológica se llamaría Miriam, tenía 17 años al momento del embarazo y sería oriunda de Oliveros. El apellido podría ser Pereira o Pereyra, aunque la certeza aún no está.

Del padre biológico no hay ningún dato, ni siquiera un nombre. Ese silencio marcó siempre el vacío de una identidad incompleta, que hoy la Silvina busca llenar. “Todo lo que es de Dios y desde el amor, se logra”, escribió con fe en un mensaje que acompaña con una foto de bebé y otra actual, invitando a la comunidad a tenderle una mano a través de las redes sociales.

Con el Sanatorio Regional ya cerrado y sin registros oficiales, Silvina apela a la memoria colectiva de los vecinos de la región. Su anhelo es claro: Saber de dónde viene y, darle un vuelco a su historia personal.

Si tenes algún dato que pueda ayudarla en la búsqueda comunicate con producción para hacer el nexo con ella.