La salida del primer embarque comercial de trigo argentino con destino a China desde la terminal de Cofco en Timbúes fue un hecho histórico para la producción nacional, pero también dejó al descubierto una fuerte tensión política en el corazón del cordón portuario del Gran Rosario. El acto oficial, que reunió a autoridades provinciales, locales y referentes del sector exportador, se transformó en el escenario de un reclamo abierto de los gobiernos locales al Ejecutivo santafesino por el manejo de recursos y la planificación logística.
Los jefes comunales de Timbúes y Puerto San Martín expusieron su rechazo a la iniciativa provincial que propone unificar el cobro de tasas o peajes a los camiones que ingresan a los puertos. Desde su mirada, la medida implicaría una pérdida de ingresos fundamentales para los municipios que conviven a diario con el impacto del tránsito pesado, el desgaste de los caminos, los controles ambientales, la seguridad y las tensiones sociales que genera la operatoria portuaria.
El malestar venía creciendo desde días atrás, luego de que el plan de obras y logística fuera presentado sin la participación de los gobiernos locales, un gesto que en la región fue leído como una señal de centralización de decisiones. Durante el acto, el gobernador defendió el esquema provincial y ratificó que la conducción del proyecto estará a cargo del Ejecutivo, con el argumento de que la provincia sostiene un sistema por el que sale la mayor parte de las exportaciones del país, pero sin recibir recursos acordes a ese rol estratégico.
El intercambio dejó una postal clara: Municipios que reclaman ser parte de las decisiones y advierten sobre los costos territoriales del modelo exportador, y una provincia decidida a avanzar con un esquema de planificación centralizada. Así, el histórico envío de trigo a China terminó funcionando como telón de fondo de una discusión de fondo sobre gobernanza, financiamiento e infraestructura en uno de los nodos logísticos más importantes de la Argentina.

