La Justicia Federal de Rosario resolvió este miércoles rechazar el pedido de prescripción presentado por las defensas de dos de los siete militares retirados procesados por el robo de armas del Batallón de Arsenales 603 de Fray Luis Beltrán. Se trata de una causa abierta en 2011, cuando un fusil FAL del Ejército Argentino fue hallado en Brasil en poder de un traficante de armas, hecho que derivó en una investigación de alcance internacional.
El fallo, firmado por los camaristas Fernando Barbará, Silvina Casiello y María Villate, ratificó lo resuelto por el juez federal Carlos Vera Barros, quien en septiembre de 2025 había denegado el pedido de extinción de la acción penal. En su resolución, el magistrado subrayó “la gravedad de las maniobras investigadas”, que trascendieron las fronteras nacionales y podrían comprometer la responsabilidad internacional de la Argentina debido al uso de las armas en hechos delictivos en Brasil y Paraguay.
La sustracción, detectada en febrero de 2011, incluyó 43 fusiles FAL completos y cientos de piezas —mecanismos, cañones, correderas y cerrojos— que permitirían ensamblar al menos 400 armas. El faltante fue advertido tras un control interno ordenado por superiores del Ejército, motivado por el hallazgo de uno de los fusiles en un procedimiento policial en la ciudad brasileña de Araçatuba, San Pablo. A partir de allí, se abrió un expediente que reveló una compleja trama de irregularidades dentro del Batallón.
Los exmilitares procesados son Alejandro Holm, José Dilsizian, Arnaldo Trossero, Marcelo Cloux, Gustavo Montiel, Héctor Mastrachio y Federico Otero. Uno de los principales implicados, Hernán Diego Solís —jefe de la sección Armamento del Batallón 603—, se quitó la vida en 2011, poco después de que saliera a la luz el faltante. Los acusados enfrentan cargos por peculado, incumplimiento de los deberes de funcionario público y falsificación de instrumento público, aunque la Fiscalía busca ampliar las imputaciones e incorporar el delito de contrabando agravado.
El fiscal federal Javier Arzubi Calvo sostiene que el hallazgo de fusiles del Ejército Argentino en manos de organizaciones criminales de Brasil y Paraguay refuerza la hipótesis de que el armamento robado fue introducido en el circuito del tráfico internacional. Uno de los últimos indicios surgió tras una redada policial en Río de Janeiro, donde se detectaron fusiles con numeraciones coincidentes con los del Batallón 603 en poder de miembros del Comando Vermelho.

