Entre 2010 y 2011 se sustrajeron varios fusiles del Batallón de Arsenales 603 de Fray Luis Beltrán. Ahora, un operativo en Río de Janeiro reaviva las sospechas de que parte de ese armamento argentino habría terminado en manos del crimen organizado brasileño.
Autoridades de Brasil y Argentina investigan si un fusil FAL (Fusil Automático Ligero) incautado el martes pasado durante una gran incursión contra el Comando Vermelho en Río de Janeiro fue robado del Batallón de Arsenales Fray Luis Beltrán.
La policía carioca mostró en las últimas horas un arsenal decomisado tras los enfrentamientos en las favelas de la zona norte de Río, donde se desarrolló uno de los operativos más violentos de los últimos años, con un saldo de más de 130 muertos. Entre las armas secuestradas, destaca un fusil FAL argentino, de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas, lo que encendió las alertas en el país.
Las primeras hipótesis apuntan a que el arma habría ingresado a Brasil por la Triple Frontera, punto estratégico que en los últimos días fue reforzado por el gobierno nacional. El hallazgo reaviva un escándalo ocurrido hace más de una década.
Entre 2010 y 2011, el Batallón 603 de Fray Luis Beltrán fue escenario de una serie de robos de armamento militar. Un informe oficial del gobierno argentino, emitido en 2012, reveló que de los batallones de Arsenales 601 y 603 se esfumó una gran cantidad de piezas de fusiles FAL, con las cuales se podían armar armas completas. El documento detalló el robo de 274 correderas, 282 cerrojos, 288 armazones, 512 cajones de mecanismo y 45 cañones de repuesto, lo que totalizaba más de 400 armas sustraídas a las Fuerzas Armadas.
Por esos años, la investigación apuntó a una red de tráfico de armas que podría haber sacado parte del material hacia países limítrofes. El reciente hallazgo del FAL argentino en poder del Comando Vermelho podría ser una confirmación tardía de aquella ruta ilegal.
El operativo en Río de Janeiro dejó hasta ahora 132 civiles muertos y cuatro policías fallecidos, además de un arsenal de guerra decomisado que incluye rifles, granadas y drones adaptados para ataques aéreos. Los enfrentamientos dejaron en evidencia el alto poder de fuego del grupo narco más temido de Brasil, que incluso incendió colectivos para bloquear el avance policial en las favelas.

