Momentos de gran preocupación se vivieron ayer luego de que una impresionante explosión se sintió en toda la Región. El incidente sucedió en las instalaciones de Terminal 6, pasadas las 19 horas. Afortunadamente no hubo heridos, sólo pérdidas materiales. Algunos de los vecinos describieron el estallido “como un trueno” o “como un fuerte temblor”.
En diálogo con IRE, el secretario general de Aceiteros, Pablo Reguera, refirió al acontecimiento y sintetizó: “Sin miedo a decirlo, para mí estaba Dios en la puerta. Por suerte no hubo ningún herido. Es más que un milagro”.
Pese a que ese sector permanecerá inactivo durante un tiempo, solo se trató de pérdidas económicas. De acuerdo con Reguera, se trató de un fallo en una máquina (Toaster), en la parte de extracción, donde se elabora aceite y harina. “Aparentemente tomó muchísima temperatura y estaban viendo como lo controlaban, pero la operación que estaban realizando no les dio tiempo”, dijo.
Siguiendo esa misma línea, enfatizó: “Es el equipo más crítico de todas las aceiteras”. Además, afirmó que se trata de la cuarta explosión de este tipo y la segunda en Terminal 6. “La última vez terminaron seis compañeros quemados”, dijo, refiriendo al hecho ocurrido hace alrededor de 10 años.
El cimbronazo se sintió hasta en Oliveros, y particularmente en las instalaciones de la planta ocasionó algunos daños en los alrededores. “La explosión se disparó hacia arriba y ha hecho que se sintiera desde mucha distancia. La onda expansiva viajó por el río con un sonido muy fuerte”, explicó.
Asimismo, indicó que “son equipos totalmente seguros, con muchísima tecnología y se pueden controlar”, pero que obviamente tiene sus riesgos, al trabajar con temperaturas y productos combustibles. “En este caso desgraciadamente no se pudo controlar”, lamentó.