La Justicia federal investiga un nuevo capítulo del narcotráfico internacional con epicentro en el cordón industrial. El 30 de abril, efectivos de Prefectura Naval hallaron 469,5 kilos de cocaína a bordo del buque MV Ceci, amarrado en el puerto de la firma Vicentin, en San Lorenzo. El carguero, con bandera de las Islas Marshall, tenía previsto zarpar con 46 mil toneladas de girasol rumbo a Ámsterdam. Sin embargo, la operación quedó en suspenso tras el hallazgo de la droga, oculta en cámaras frigoríficas.
La sustancia estaba embalada en 379 panes, dentro de bolsas estancas y herméticas, y acompañada por flotadores, boyas y rastreadores satelitales, lo que hace suponer que sería arrojada al mar en destino para su recolección. En los paquetes se detectaron restos de agua salada, lo que abre la hipótesis de que fueron cargados previamente en aguas del Atlántico o incluso en el puerto de Montevideo, antes del ingreso formal del buque a la Argentina.
Uno de los detenidos, el cocinero filipino Jonathan Caputero, de 50 años, quedó bajo prisión preventiva en la base de Prefectura en San Lorenzo. Según trascendió de fuentes judiciales, habría admitido su responsabilidad en la operación y, en una declaración informal, sostuvo: “Hacemos esto dos o tres veces por mes y nunca ocurre nada”, en referencia al puerto de Vicentin. Además, según publicó La Política Online, deslizó que en el ámbito portuario de San Lorenzo “todo el mundo sabe cómo es”, haciendo alusión a una práctica sistemática que involucraría a actores logísticos locales.
“Hacemos esto dos o tres veces por mes y nunca ocurre nada. Todo el mundo sabe cómo es”
El procedimiento fue posible gracias al aviso del propio capitán del MV Ceci, quien al ingresar a la cocina detectó los bultos sospechosos y alertó a la empresa operadora, que denunció el hecho ante la Unidad de Información Financiera (UIF). La investigación quedó a cargo del juez federal N°3 de Rosario, Carlos Vera Barros, con intervención de los fiscales Claudio Kishimoto y Matías Álvarez de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar).
El caso también destapó una posible conexión con el narcotraficante uruguayo Sebastián Marset, prófugo desde 2023 tras fugarse de la justicia boliviana. Marset está acusado de liderar el Primer Comando Uruguayo (PCU), y es señalado como especialista en montar operativos de exportación de cocaína a través de buques de carga que cruzan rutas fluviales sudamericanas hacia Europa.
Aunque no tiene causas abiertas en la Argentina, su nombre reapareció en esta causa a partir de la modalidad detectada: Droga camuflada en naves comerciales con itinerarios desde Bolivia, a través de puertos como Montevideo o San Lorenzo, hacia grandes centros de consumo como Ámsterdam. Se presume que la cocaína provendría del Chapare boliviano, y que habría sido embarcada con asistencia externa desde alguna lancha auxiliar.
En paralelo, se analiza el papel de los controles portuarios. La carga de provisiones del MV Ceci, entregada por una lancha en el puerto, debía ser inspeccionada en el momento, pero por razones aún no esclarecidas fue revisada recién al día siguiente. Ese lapso podría haber sido clave para la entrada de los estupefacientes. Además, se investiga si hay registros fílmicos de la maniobra en las cámaras de seguridad portuarias de San Lorenzo y Puerto General San Martín.
El caso refuerza las críticas por la desregulación del servicio de serenos de buques, dispuesta por el gobierno nacional en enero de este año. Desde el gremio advierten que la ausencia de ese personal, que actuaba como auxiliar de Prefectura en los puertos, deja vulnerabilidades que pueden ser aprovechadas por organizaciones criminales. “Quedó demostrado que hay falencias en la seguridad. Si nosotros estuviéramos en nuestros puestos, esto podría haberse evitado”, expresó Orlando Brizuela, secretario del sindicato.
“Quedó demostrado que hay falencias en la seguridad. Si nosotros estuviéramos en nuestros puestos, esto podría haberse evitado”
El valor estimado de la cocaína incautada ronda los 6 millones de dólares. Algunas de las bolsas halladas estaban marcadas con coronas, sello que podría pertenecer a la organización criminal responsable del envío. La causa sigue en curso y bajo estricto hermetismo, mientras los investigadores federales intentan reconstruir el recorrido de la droga, identificar posibles cómplices locales y determinar si este operativo forma parte de una red más amplia con antecedentes ya detectados en cargueros internacionales que pasaron por puertos santafesinos.
Con datos de Perfil.