Un domingo 18 de septiembre de 2011 sonó el teléfono y Paula Perassi salió “a buscar la tarea de uno de sus hijos”. Nunca más volvió. Hace siete años que, sin descanso, su familia recorre cada lugar, visita cada persona, se reune con el funcionario que los recibe, atraviesa amenazas, destratos y enfrenta al sistema político, económico y judicial. Así parados de frente, alzando la voz desde el dolor, están prontos a conseguir el juicio oral y público con la promesa que llegue a finales de este año, o a principios del 2019. 

“Nos ha dejado sin vida, perder un hijo, que pasen siete años y no saber donde está, es muy dificil vivir”, relató Alberto con la dureza de siempre. Recibió a IRÉ mientras estaba trabajando en su taller mecánico, y no dudó en dejar todo para invitarnos a la mesa de su casa. 

En la historia Perassi pasó de todo, de todo aquello que uno cree que sólo sucede en las ficciones. Pero allí están los dos: Alberto y Alicia, juntos, unidos y con el hilo de esperanza de encontrar el cuerpo sin vida de Paula. Contundente, sin pelos en la lengua, el hombre afirmó: “Nos han ultrajado los poderes y por eso hasta el día de hoy no se sabe que paso con Paula. Nos han amenazado, nos han robado, todo lo que se puedan imaginar nos pasó durante estos siete años”. 

En los últimos años, con el paso de la causa a los tribunales rosarinos, sienten que avanzó de manera “lenta pero contínua”. En ese contexto, falta cada vez menos para el juicio y se espera que sea una vez que termine el de Salta 2141, es decir a finales de este año o a principios del 2019. Hoy hay cuatro civiles y cinco policías con prisión preventiva. 

“Siempre dije que no trabajaba para que metan preso a nadie, siempre trabaje para encontrar los huesos de Paula”, enfatizó. Y disparó: “Pero si ahora viene el juicio y lamentablemente no se puede saber lo que pasó con Paula porque se da el lujo este grupo cerrado de no decir lo que pasó, voy a cambiar la postura y voy a decir lo contrario: Ojalá se pudran en la carcel y la justicia le de perpetua”. 

En este contexto social de lucha, de cambios y activa participación, Perassi reconoció: “Luche tanto y lo hice por mi hija, pero también le tiene que servir para todos. No pueden seguir pasando estas cosas, hay que cambiar, el cambio está en nosotros. Creo que las mujeres hoy están en una fuerza por estar bien unidas y lo están logrando”. La próxima meta será una carpa frente a los tribunales rosarinos al momento del juicio, esperan que sea multitudinaria para acompañarlos en la etapa final, y así “volver a vivir”. 

Alberto y Alicia, los padres de Paula mantienen la misma mirada de los últimos años: Dura, triste, incrédula. Pasaron por lo peor que se les podía ocurrir jamás, pero aún así no aflojaron. “Lo que se consiguió en ésta causa, lo conseguí yo”, señaló el hombre. Y no hay manera de refutarlo. A siete años, todavía aguardan saber qué paso aquella trágica noche en la que Paula según las pericias se realizó un aborto clandestino y murió.