Virginia es una joven de Carrizales que el pasado 11 de diciembre sufrió una grave agresión por parte de otras tres mujeres de su pueblo. Su salud está en riesgo desde entonces y su estado cerebral está bajo observación. “Hace 14 días la vida de mi hija está en suspenso”, lamentó la madre de la víctima en un texto que escribió este 17 de diciembre.

El violento episodio tuvo lugar en la última edición de la Fiesta Nacional de la Leche, en la ciudad de Totoras. Luego del ataque, Virginia debió ser internada en el hospital Eva Perón de Granadero Baigorria, donde le detectaron aneurisma y presión elevada en una de las arterias de la cabeza.

Ahora se encuentra con internación domiciliaria, mientras su familia aguarda una favorable evolución. “Hace 14 días la vida de mi hija está en suspenso y mi vida, atada a los pies de su cama”, expresó su madre a la vez que reclama justicia incansablemente.

En ese sentido y dirigiéndose al fiscal que lleva adelante la causa, Santiago Tosco, enfatizó: “Por favor devuélvame la esperanza en la justicia. Haga lo que tenga que hacer, cite a las lacras inhumanas que tanto daño le causaron. Estas bestias no pueden seguir su vida como si nada hubiera pasado, no tienen derecho”.

“Mis días y mis noches transcurren en vigilia, amanezco y anochezco orando, pidiéndole a Dios que desinflame la lesión, que me la devuelva a la vida. Mi ángel era una chica sana, alegre, muy feliz, amada”, lamentó.

Y agregó: “Nuestra vida está en una inmensa tristeza, nuestra vida está en suspenso de su propia vida. A mi hijita hace 14 días quisieron arrebatarle sus ganas de vivir, a mi niña hace 14 días le apagaron su risa”.

“Señor fiscal, ¿usted es padre?, ¿usted observó a su hija/o dormir?, ¿usted también le pide a dios que la/o proteja al salir de su casa?. Señor fiscal, Dios lo colocó en ese lugar para que muestre que aún podemos creer en la justicia”, continuó reclamando.

Y abundó: “Que los golpes que recibió mi hija, que el daño arterial que le ocasionaron, que el sufrimiento, que el dolor, que la ira que en su cuerpito descargaron no terminen encajonados en un expediente. ¿Hasta cuándo vamos a tolerar tanta violencia?, ¿hasta cuándo tenemos que naturalizar que maten a nuestros hijos a golpes por diversión?”.

“El día que traje a mi hija a este mundo se la entregue a Dios en sus brazos, no la parí para que le arrebaten la vida. No parí a mi hija para que me la devuelvan encajonada, golpeada, malherida, ultrajada, agredida, humillada, lastimada, o al borde de la muerte”, añadió.

Y haciendo un fuerte reclamo de justicia, finalizó: “Señor fiscal creo en usted, no me defraude. Muestrenos que aún podemos creer en la justicia, devuélvame la esperanza en la palabra justicia. De mi corazón desgarrado de madre se lo imploro. Dios bendiga y guíe su proceder”.