Natalia Medero es de Carrizales, y este año retomó una de sus pasiones: manejar el camión. Si bien quedó efectiva como portera en el Jardín de Timbúes la pandemia la obligó a reinventarse, hizo los trámites, y volvió al ruedo. “Me encanta manejar”, defininió. Dejando atrás cualquier estereotipo de género para la profesión.
En el día del camionero IRE dialogó con Natalia, una mujer de Clarke que viaja por el país con su camión: “Empece en 2012, estuve un año arriba del camión porque no conseguíamos chófer. Entonces andaba mi marido Juan Carlos en uno y yo en otro, fuimos a Córdoba a Santiago del Estero”.
Y siguió: “Ya en 2013 conseguimos un chico y entonces me baje. En en 2014 me llamaron para ser titular en un jardín en Timbues donde hacia reemplazos de portera y acepte. Entonces dejé el camión, pero este año con la pandemia no podía ir a trabajar. Decidí sacarme nuevamente todos los carnet correspondientes para ser conductora profesional otra vez”.
Al tiempo que no dudó en expresar su dilema: “Me gusta más el camión así que el año que viene tendré que tomar una decisión. Con mi marido hace veinte años que tenemos camiones”.
Mamá de tres hijos, Nadir 20 años, Elias 16 y Naiara de 4, comparte su profesión con su marido, su papá Antonio Medero y du hermano Rodrigo. Entendiendo los esfuerzos que amerita salir de casa para el traslado de cereal, cada vez que emprende una nueva misión su suegra la ayuda con los chicos: “Siempre está dispuesta ,la llamamos que venga a mi casa y se queda con ellos”.
Natalia reconoce que ser conductora profesional ya no es sólo una profesión de hombres, sino que son varias mujeres más en la región. Y no dudó sobre sus compañeros: “Nunca me faltaron el respeto siempre los colegas vienen a ofrecer su ayuda”.
Al concluir, enfatizó: “Ser camionera es disfrutar cada viaje, de la ruta, de poder viajar con mi marido, de los paisajes. Quiero desearle feliz día a mi marido Juan Carlos, a mi papá Antonio y a mi hermano Rodrigo”.