El sábado 11 de octubre de 1975, pasado el mediodía, en la cañada Carrizales hubo un enfrentamiento armado entre policías de la zona y un grupo, de al menos trece integrantes del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), que dejó un saldo de cinco muertes, una de ellas una mujer, y varios heridos.
Algunos lugareños de la zona rural cercana a la cañada habían notado con anterioridad la presencia de un grupo de jóvenes desconocidos y avisaron a la policía de la localidad de Díaz.
El jefe de operaciones de Unidad Regional XV con cabecera en Coronda convocó a un grupo de agentes de distintas comisarías dependientes de su jurisdicción, a tres miembros de la guardia rural Los Pumas que se encontraban en Coronda, y se trasladó a Díaz.
Una vez en el lugar envió a un emisario al lugar a constatar la denuncia, que resultó cierta. Fijaron una estrategia dividiéndose en dos escuadras para encerrarlos y fueron acercándose, hasta que a unos quinientos metros de distancia, según el informe policial, recibieron disparos del grupo que se ocultaba cerca del puente en la orilla del arroyo.
No podríamos certificar quién disparó primero, pero sí que hubo disparos en ambos sentidos porque lo que permitió, en parte, la huida inicial fue que un policía cayó herido y tuvo que ser trasladado. Ese tiroteo se produjo en las inmediaciones del puente que hoy es mencionado como de los “extremistas” y es el mismo lugar donde la policía secuestró un Renault 6 con documentación y pertenencias del grupo.
La retirada fue desordenada y llevaban un herido. Se repartieron en dos y la fracción con el herido recaló en el tambo La Solita donde pidieron algunas provisiones. Cuando vieron que se acercaba la policía salieron a campo traviesa, y en ese momento se escucharon ráfagas de disparos que dejó como resultado que cinco personas que corrían por el sembradío fueran alcanzadas por la balacera.
Una vez que todo quedó quieto, la cuadrilla policial con sus móviles incursionó en la búsqueda de los cadáveres en el campo sembrado, que fueron expuestos en la calle secundaria en donde se encuentra la tranquera de entrada al tambo, para el reconocimiento por parte de la familia del tantero (trabajador del tambo). Luego llegó el ejército que asumió la dirección de la situación, depositando los cadáveres de los cuatro hombres y una mujer, en la comisaría de Clarke y dispuso un operativo de búsqueda en toda la zona.
En la división y huida dos integrantes del ERP, un hombre y una mujer, quedaron escondidos y se separaron del grupo, volviendo a Rosario por su cuenta después de varios días. Otros seis hombres siguieron camino y llegaron al tambo Trossero, allí pidieron provisiones y algunos elementos para un herido en la cabeza, tomaron el auto de uno de los miembros de la familia y salieron, prometiendo que lo dejarían en las cercanías de la escuela Burki, y así lo hicieron.
Siguieron camino a pie hasta llegar a Serodino y pasada la medianoche, ingresaron a una casa en la que no había nadie. Los dueños estaban en una fiesta y al regresar los encontraron allí. Los seis jóvenes que se encontraban en malas condiciones y armados, les explicaron la situación, pidieron provisiones y abandonaron de dos en dos la casa de regreso a Rosario. La pareja con el herido fueron los últimos en salir.
Los asesinados fueron 5 altos dirigentes del Partido Revolucionario de los Trabajadores ERP: Eduardo Mario Favario de 36 años, reconocido artista plástico de la ciudad de Rosario y teniente del ERP; Mario Eduardo Russo de 27 años, Responsable Político de la compañía. Trabajador del diario La Capital; Santiago Hernán Krasuk de 25 años, Capitán, Obrero metalúrgico, Dirigió el copamiento al Batallón de Arsenales de Fray Luis Beltrán; Matrimonio de Sergio Efraín Schneider de 29 años, y Giacche, Susana del Carmen de 28 años, ambos provenían de otra agrupación guerrillera FAL (Fuerzas Argentinas de Liberación), estaban a cargo de la práctica ese día.