Estella, una abuela de Barrancas, a sus 50 años comenzó a disfrutar del ciclismo con amigas, poco tiempo después comenzó a competir en distintos torneos y se coronó campeona en cuatro oportunidades. Hoy con 67 se dedica al cicloturismo y disfruta la vida de otra manera. No es sólo salud, es bienestar. 

IRE visitó a Stella Maris Alarcón en Barrancas, con una enorme sonrisa contó su experiencia. Su acercamiento con el deporte se inició en principio cuando recorría el camino hacia Puerto Aragón junto a sus amigas, poco después fue invitada para competir en el Rural Bike de Frank, donde había presencia de deportistas de otras doce localidades y conquistó el primer puesto cuatro veces consecutivas. Luego, la pasión fue aumentando. 

“Hay pocas mujeres de mi edad que compiten y fuimos quedando pocas, entonces me empecé a dedicar al cicloturismo, también hice recorridos de aventuras”, comentó Stella, que también hizo el desafío de los Andes.

Lamentablemente tuvo que atravesar una operación debido a un accidente que sufrió en su codo cuando un perro se le cruzó en cercanías a Maciel y le impidió seguir bicicleteando durante aproximadamente un año. Luego, dejó los miedos, retomó las andanzas pero a través del cicloturismo. 

“Soy vieja, tengo las arrugas pero también el espíritu deportista”, dijo pícara la ciclista que durante tres días a la semana, hace dos horas de gimnasia, a veces sale a caminar y por supuesto, también a pedalear desde los 15 a 30 kilómetros. “La bicicleta es todo, es un remedio”, enfatizó.

Cabe destacar que la abuela forma parte de una familia de deportistas, su nieta Lara López, recientemente debutó en la primera del fútbol femenino del Club Atlético Newell’s Old Boys y ya destaca siendo una goleadora.